Del 23 por ciento de los estudiantes, cerca de la mitad regresa en los siguientes dos años. | Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

‘No engañamos a los estudiantes’: director de Colfuturo

En medio del malestar por el aumento de las deudas que sufrieron los beneficiarios de esta entidad, Semana Educación conversó con Jerónimo Castro.

1 de agosto de 2015

Semana Educación: ¿Qué tanto regresan los becarios?

Jerónimo Castro: Históricamente, el 77 por ciento ha vuelto en la fecha acordada con Colfuturo. Del 23 por ciento restante, cerca de la mitad regresa en los siguientes dos años y pierden una parte de la condonación. La otra mitad se queda en el exterior por diferentes razones: se enamora, se casa, o algunos tienen unas oportunidades de trabajo espectaculares o de investigación que no pueden tener aquí en Colombia.

S.E.: ¿Los beneficiarios son ‘buena paga’?

J.C.: La cartera de difícil cobro de lo que no se condona es muy bajita. Tenemos 125 millones de dólares de cartera. Ahí están becarios que están estudiando en este momento, los que ya regresaron y están pagando más los que no regresaron. De esa cartera, hay apenas  490.000 dólares de difícil recuperación. O sea, el 0.39 por ciento. Eso es bajísimo frente a cualquier estándar internacional.

S.E.: ¿Cuántos han llegado a cobro jurídico?

J.C.: Son seis en toda la historia de Colfuturo. Muy poquitos. ¿Por qué pasa eso? Porque pagar la obligación es una condición para la condonación. Si ellos no pagan, toda la obligación se convierte en deuda. De esos seis beneficiarios hay tres que se quedaron en el exterior.

S.E.: ¿Por qué los becarios que regresan deben pagar su deuda en dólares si ganan en pesos?

J.C.: Siendo totalmente honesto, ojalá hubiésemos encontrado un mecanismo donde ellos tuvieran una concordancia entre la moneda en la que ganan y en la que pagan. Sin embargo, el mecanismo de Colfuturo está en dólares porque a los estudiantes les giramos en dólares. Eso permite que un becario que está cursando su maestría o doctorado no tenga la angustia de la devaluación. Imagínese usted estudiando y que el monto que Colfuturo le va girar sea 30 o 40 por ciento menos. Ahí se pone en riesgo todo el proyecto académico y educativo. Tenemos que girarle absolutamente todo lo que nos comprometimos.

S.E.: Entonces, ¿qué hacer con el dólar por las nubes?


J.C.: La devaluación es un problema que nos preocupa y que hace mucho más difícil a los estudiantes que volvieron pagar su obligación. Ahora, la ecuación financiera hay que hacerla teniendo en cuenta la condonación del 50 por ciento. Eso también está en dólares y Colfuturo lo está asumiendo. Entonces, el ejercicio debe ser completo: mirar cuánto me desembolsó Colfuturo, cuánto es el total de eso en pesos hoy, cuánto era antes y cuánto me va a perdonar en pesos.

S.E.: Frente a esta caída del peso, los becarios afectados propusieron que Colfuturo asumiera parte de la deuda que se incrementó hasta en un 40 por ciento. ¿Qué tan viable es?

J.C.: La cartera es una fuente fundamental para girarles a los nuevos estudiantes. Para los nuevos becarios no tenemos un fondo gigantesco que genere intereses. Son todos los estudiantes que vienen de atrás los que permiten garantizar la continuidad del programa y de la oportunidad de que cada año haya más beneficiarios. Ahora, Colfuturo no puede asumir parte de la deuda, más allá del 50 por ciento que condona para todos los programas. Excepto en los MBA que es del 25 por ciento. Son condiciones que se establecieron previamente y que los estudiantes aceptaron. Nadie fue engañado. El hecho de que es un crédito en dólares es totalmente visible y lo enfatizamos todo el tiempo. No tenemos ninguna manera de asumir ese costo.

S.E.: ¿Qué alternativas propone Colfuturo?


J.C.: He venido hablando con todo el sector financiero y con los presidentes de los bancos. He tenido siete conversaciones con bancos específicos para buscar desdeColfuturo unas líneas de crédito con tasas más bajas de las que cualquier de los becarios podría conseguir sol. La idea es sustituir la deuda que tienen en dólares por una en pesos. Y que ojalá les permita aumentar el plazo de pago, para disminuir la cuota. No tenemos cómo generar una solución que sea perfecta y que retrotraiga todo antes de noviembre o septiembre del año pasado antes de la devaluación. Toda solución tiene unos beneficios y unos costos.

S.E.: ¿Por qué no se puede establecer una tasa fija de cambio para el préstamo?

J.C.: Asumir ese sobrecosto implicaría reducir el número de becarios. Nosotros seleccionamos 1.509 beneficiarios esos son 53 millones de dólares de giro. Si yo planto una tasa fija, quién asume eso. Colfuturo podría no mandar 1.500 estudiantes sino 300 menos. Esos 300 terminan pagando las consecuencias porque se les negaría la oportunidad. Eso es lo que está en juego.

S.E.: ¿Y los becarios que están desempleados y no han podido pagar sus cuotas?

J.C.: Ellos se angustian con toda la razón, pero en el mediano plazo la probabilidad de éxito es muy alta. Lo sabemos porque tenemos relación con ellos hasta cinco años después de que regresan. Su situación en ese tiempo mejora considerablemente.

S.E.: En el corto plazo, ¿cómo los están ayudando?


J.C.: Estamos registrados ante el Ministerio de Trabajo como una red de empleo y los ayudamos. Ahora, no podemos garantizarle a nadie que va a conseguir trabajo. Eso es algo muy importante de entender. Uno nunca deja de seleccionar a alguien porque dice este estudiante es brillante en flauta traversa, va al conservatorio de New England y no lo vamos a apoyar porque qué trabajo va a conseguir. Esa no es nuestra responsabilidad. Ese estudiante tiene que saber que está tomando una deuda y que si el programa no hace sentido él y su codeudor deben decidirlo.

S.E.: ¿Por qué hay un mayor malestar entre los graduados de MBA?

J.C.:
Los MBA tienen una condonación menor porque se ganan mucho dinero cuando regresan. Para ellos el 75 por ciento es crédito y el 25 por ciento es beca. Por eso la deuda es mucho más grande y los afecta mucho más.