"Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros" Sócrates

MAESTROS

Alumnos desmotivados

El mayor reto de los maestros de nuestros tiempos es tratar de enseñarles a estudiantes que no quieren aprender.

Carlos Eduardo Mejía Bustamante, profesor de pedagogía e investigación educativa
31 de marzo de 2014

Los cambios sociales afectan el entorno escolar y le exigen respuestas. En medio de esta situación, muchas veces caótica, es fundamental recuperar el sentido de la educación como un acontecimiento de esperanza, un signo de humanización. En este contexto, la figura del maestro es imprescindible, siempre y cuando asuma la experiencia de serlo creyendo que el diálogo humano y dignificador del aula hará posible una nueva ciudadanía escolar que tendrá su efecto en el contexto social. Se han hecho esfuerzos y se han invertido recursos para mejorar, pero los cambios no se ven. Si hacemos un alto en el camino y volvemos la mirada hacia la razón de ser de la educación y la forma como le permite al hombre ampliar sus posibilidades y cumplir sus anhelos, quizá, desde este acto de profunda sinceridad encontremos el camino para que el aula se constituya en el factor esperanzador que ilumine a una sociedad que pareciera haber perdido su norte. La educación en todo su esplendor está llamada a potenciar al hombre en todas sus dimensiones y no solo desde la apropiación de los saberes, limitándola a una simple transmisión y verificación de conocimiento… educar es mucho más. ¿Y qué pasa con los estudiantes? Resulta preocupante que luego de muchas formas de apoyo se sigan registrando altos índices de deserción estudiantil. Esto evidencia que hay un desencantamiento, que no hay razones poderosas para estar en el colegio, que los alumnos preferirían estar en donde no tengan que estudiar. Hay un dato revelador que surge de la investigación sobre convivencia escolar realizada por la Escuela de Pedagogía e Investigación Educativa, de la Universidad La Gran Colombia Seccional Armenia, donde el 76% de los estudiantes expresó que no quería estar en el colegio. Lea: Cuatro claves para motivar a los niños en el aprendizaje Por otro lado, el cuarto pilar de la educación convoca a “aprender a ser”. En esto, que es una cuestión de fondo de la educación, los maestros estamos llamados a dar razones vitales para que los estudiantes recuperen su sentido de vida en su querer ser, logrando mejores ciudadanos, mejores personas, etc., lo que implica generar el convencimiento para hacer posible este ideal de humanidad urgente para el país. Esto requiere maestros comprometidos y estudiantes dispuestos a apostar por la vida. Con frecuencia me gusta conversar con los estudiantes en un ambiente informal. Hace unos días escuché a unos estudiantes decir que luego del descanso pasarían “dos horas condenados a esa clase”. ¿Cómo enseñar, si para ellos las clases son una condena? Transformar esto en implica voluntad, compromiso y el disfrute del aula, para esto es necesario conquistar a los estudiantes. Es el turno de los maestros En este contexto la figura del maestro juega un papel fundamental. Ellos son quienes con su vida generan en los otros transformaciones profundas, así, su palabra, su epifanía, generan un reencantamiento del aula y de los espacios donde se construye en común acuerdo la educación, en donde, en palabras del profesor de la Universidad Icesi, Armando Zambrano, “la escuela debe ser el lugar de la vida, es decir, el lugar de la alegría y no de la frustración”. De este modo urge que nuestros maestros vivan con pasión esta condición y vocación, que den razones para que nuestros estudiantes estén con gozo y por convicción en sus colegios, para que el estar sea un estar con sentido y propósito. Urge de parte del maestro la condición de humanidad que permite el encuentro fraterno con el otro y de cuyo gesto, sus estudiantes encontrarán los argumentos para querer ser desde una condición ciudadana, transformadora del hecho social. Finalmente, urge el maestro que hace del aprendizaje una experiencia que conquista, que hace del aula un lugar privilegiado en donde el querer estar y el querer ser dan sentido al querer aprender. Este es el reto de nuestro tiempo, lo aún pendiente Las 5 características del buen maestro Según el profesor Carlos Eduardo Mejía Bustamante, estas son las virtudes que debería tener un educador ideal del siglo XXI