EDUCACIÓN

Una mirada integral para cerrar las brechas entre la educación y el empleo

Lograr articular el sistema educativo y las necesidades del mercado laboral es una tarea pendiente en Colombia. Así es como algunas entidades privadas trabajan para incentivar la mejora de la calidad en el sector.

1 de septiembre de 2016

Según cifras del Dane de 2015, el 69 % de los jóvenes colombianos está en condición de pobreza y vulnerabilidad. Esta realidad evidencia que son muchas las barreras que deben sortear para construir su proyecto de vida, y muchas dificultades que encuentran para transitar con éxito por el camino de la educación desde los niveles básicos hasta más allá de la educación terciaria

El estudio Lotería de la Cuna, de la Universidad de los Andes, también confirma esta situación de desventaja de la que son víctimas muchos jóvenes en el país. Este estudio indica que, de cada 100 niños que entran a grado primero con padres con formación educativa baja, 78 alcanzan grado quinto, menos de la mitad llegan a grado noveno, solo 39 logran llegar a grado once y 11 acceden a educación superior.

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El Concejo Privado de Competitividad reconoció recientemente que aún falta mucho para mejorar la calidad educativa en Colombia e incrementar la accesibilidad de forma equitativa. También en lo que respecta a la articulación de la educación terciaria con el mercado laboral: los empleadores tienen dificultades para encontrar talento humano con las habilidades necesarias.

Otro de los problemas es la deficiencia en la formación de competencias duras, como las matemáticas y las habilidades de lectoescritura. También existe una ausencia en el desarrollo de competencias socioemocionales, como la comunicación, el trabajo en equipo o la resolución de conflictos.

Asimismo, existe una falta de formación en las competencias ciudadanas. Un gran reto, dado que la participación democrática, la convivencia, el respeto y la ética son factores claves para formar al ciudadano capaz de enfrentar los retos de su proyecto de vida.

Por otro lado, la falta de procesos de orientación socio-ocupacional en las instituciones educativas con el fin de potenciar las habilidades y los intereses de los jóvenes es otra problemática que se refleja en la alta deserción de los jóvenes desde el grado noveno. 

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Todos estos datos ponen de manifiesto la necesidad de trabajar para erradicar estas brechas con el fin de lograr que los jóvenes recorran la ruta de la educación y se inserten en el mercado laboral.

La Fundación Corona ha dedicado su labor de los últimos años a buscar soluciones efectivas a todas estas deficiencias. “Desde nuestra línea de Educación Orientada al Trabajo, consideramos que es clave tener una visión integral desde el sistema educativo hasta el empleo para identificar factores críticos que permitan cerrar esas brechas que dejan a nuestros jóvenes por fuera de la educación y el empleo”, señaló Ángela Escallón, directora ejecutiva de la entidad.

Este año, por ejemplo, junto a la ANDI y a USAID – Acdi/VOCA, la Fundación está diseñando un modelo de inclusión laboral que busca abordar de forma integral y territorial todas esas barreras que los jóvenes colombianos encuentran desde los primeros años de educación hasta la hora de vincularse al mercado laboral.  

“Creemos que la educación y el empleo son dos grandes herramientas para que las personas puedan acceder a oportunidades para mejorar su calidad de vida y bienestar. Por eso nuestros grandes objetivos es promover la educación técnica y vocacional pertinente, junto al acceso a empleos formales y estables”, añadió Escallón.