Foto: Archivo SEMANA.

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Educación sexual con la magia Harry Potter

Utilizando el universo de Hogwarts la Universidad de Boston, Estados Unidos, dictó un seminario sobre sexualidad, prácticas responsables y salud reproductiva.

5 de abril de 2015

Los aprendizajes que algunas generaciones heredaron de Harry Potter son innegables: desde una pronunciación perfecta del inglés británico, en palabras como el apellido del joven mago o el hechizo Wingardium Leviosa que Hermione tanto repitió, hasta el inmenso valor de la amistad, la confusión inesperada del primer amor y la impotencia que produce la muerte de seres queridos por la maldad de otros.

Las páginas de los libros y la pantalla gigante educaron a una amplia audiencia de ‘muggles' en pociones mágicas, encantamientos, defensa contra las artes oscuras, adivinación y hasta herbología. Sin embargo, llama la atención que en un castillo lleno de adolescentes como Hogwarts no se impartiera, al parecer, una clase de educación sexual.

Un hecho que fue aprovechado por dos becarios de la Universidad de Boston, Estados Unidos, para dictar un seminario sobre sexualidad, prácticas responsables y salud reproductiva en febrero pasado. Jamie Klufts y Michelle Goode bautizaron su idea como Educación Sexual en Hogwarts y más de ochenta personas acudieron al evento.

El seminario citado para el pasado 26 de febrero duró hora y media. La convocatoria también alcanzó las redes sociales: a través de un evento en Facebook los becarios invitaron a “sangre-sucios, elfos domésticos y muggles para que aprendan cómo obtener el consentimiento para acceder a la cámara de los secretos y cómo besuquearse sin ser expulsados de Hogwarts”. Por supuesto, la imagen de la convocatoria era una foto de Harry Potter con la frase “Yo siempre uso Protego”, el hechizo de la protección.

Incluso circularon mensajes para atraer a los jóvenes al seminario como “Las enfermedades de transmisión sexual son igual que los dulces de Bertie Botts de todos los sabores, nunca sabes lo que vas a obtener”. Justamente, Klufts le explicó al periódico estudiantil The Daily Free Press que esta fue una oportunidad para que los estudiantes salieran del seminario con nuevos conocimientos y un lenguaje divertido para hablar de sexo. Lo cual aseguró era una ganancia “si tenemos en cuenta que Harry, Ron y Hermione ni siquiera tuvieron la oportunidad en Hogwarts de participar en algo similar”.

De hecho, los becarios le dijeron al Boston Globe que J.K Rowling, autora de la saga, ignoró casi por completo la sexualidad de sus personajes: “Es poco realista creer que los estudiantes de bachillerato no están pensando en sexo o practicándolo”. Justamente la idea surgió cuando Klufts y Goode se dieron cuenta de que muchos estudiantes en el campus no tienen una fuerte formación en temas como la prevención, protección y prácticas seguras en el sexo.

Con ayuda de la saga buscaron quitarle misterio al tema y romper los tabúes de una manera divertida, ya que la gran mayoría de sus alumnos creció junto a Harry Potter. Klufts le explicó al The Daily Free Press que el objetivo fue aproximarse a la educación y salud sexual de una manera diferente.

“Este es un tema que puede generar mucha incomodidad, pero usando el lenguaje de Hogwarts y de Harry Potter esperamos motivar a los estudiantes y lograr que se sientan cómodos para que aprendan y pregunten. Además nos permite alcanzar una audiencia que no habríamos convencido de otra manera”, explicó.

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