| Foto: Laura Encinales

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Se alzan las máquinas

Los científicos han diseñado aparatos con resistencia, fuerza y velocidad superior a la de los seres humanos.

18 de octubre de 2014

Aunque es difícil predecir con exactitud en cuánto tiempo sucederá, una encuesta que se realizó a los principales investigadores de Inteligencia Artificial (IA) revela que esta será una realidad antes de 50 años. La inteligencia artificial es, por definición, “un dispositivo que logre llevar a cabo todas las profesiones humanas, por lo menos tan bien como lo haría un ser humano típico”.

Estas son algunas maneras en las que los científicos están buscando llegar a la inteligencia artificial:

Inspiración biológica

Entender cómo funciona el cerebro humano es la única forma que tienen los científicos para reproducir la inteligencia artificialmente. Los programadores de sistemas están recogiendo información que les permita avanzar más rápidamente en el diseño de un modelo que compita con las capacidades intelectuales humanas. Pero para esto falta un largo camino por recorrer principalmente porque la ciencia aún no conoce completamente todas las capacidades y funcionalidades del cerebro.

Las matemáticas puras

El enfoque matemático trata de resolver cualquier dilema a partir de los principios básicos de los números. Los matemáticos deberían ser capaces de demostrar teoremas matemáticos sobre la inteligencia y cómo esta se comportará fuera del cuerpo humano.

Fuerza bruta

Otros caminos para desarrollar IA se basan en la fuerza bruta computacional con el uso de algoritmos genéticos. Este camino es arriesgado según los científicos, porque a pesar de contar con grandes posibilidades de éxito, no es deseable crear una máquina con habilidades sobrehumanas, sin una total comprensión de lo que se está construyendo.

Plagiar naturaleza

Hacer una copia digital de una mente humana es otra posibilidad. La idea es cortar un cerebro en finos trozos, observar microscópicamente su estructura, reproducirla en un software automatizado de reconocimiento de imágenes y extraer el mapa de las conexiones neuronales originales. Este mapa en tercera dimensión se combinaría con modelos neurocomputacionales de la función de las estructuras cerebrales.

Este enfoque requeriría tecnologías muy sofisticadas, pero no permitiría un avance teórico profundo. Imaginar un proceso de emulación de alta fidelidad supone que la mente digital que resulta de ese proceso debería conservar las creencias, deseos y personalidad del individuo reproducido. Pero los expertos creen que antes de que la tecnología llegue a ese nivel de perfeccionamiento, los científicos se exponen a obtener una mente distorsionada en sus primeros esfuerzos.

Humanos competentes

El camino indirecto parece ser el indicado para desarrollar una máquina superinteligente. La ciencia debería lograr primero mejorar la propia condición biológica de la humanidad. Esa es la tarea, por ejemplo, de la ingeniería genética, que con sus desarrollos e innovaciones mejora la inteligencia personal y colectiva.

La corteza biológica todavía supera por mucho la capacidad de procesamiento de la información de una máquina. Un avance en la inteligencia humana podría hacer que cada vez haya más y mejores formas de IA. Idealmente, esa transición a la era de la IA debería ser diseñada y supervisada por seres humanos cada vez más competentes, para que sus creaciones beneficien a la raza humana.

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