Ciencia y tecnología

MEDELLÍN

Las cifras de la inversión en Ciencia y Tecnología

Ocho universidades se pronuncian sobre la inversión en Ciencia y Tecnología en el país. Colombia está en deuda.

Vicerrectores y Directores de investigación*
31 de marzo de 2014



El crecimiento sostenible de Colombia y su desarrollo económico y social se puede lograr si tenemos una industria competitiva y particularmente innovadora. Para alcanzar este tipo de industria es necesario fortalecer las capacidades de generación de nuevo conocimiento, condición necesaria para la innovación, la cual a su vez nos abrirá el camino para competir globalmente con productos y servicios de alto valor agregado.

Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) (link), Colombia se viene desindustrializando desde 1975 debido al bajo valor agregado de las materias primas. Hace tres décadas la producción industrial contribuía con el 24 por ciento del PIB mientras que para el período 2012-2020, si la tendencia sigue igual, esa contribución estaría entre 9 y 12 por ciento. Este efecto se ve reflejado directamente en la disminución del empleo en el sector industrial.

Por otro lado, en el periodo 2005-2011 la inversión extranjera fue alrededor de $10.000 millones de dólares por año de los cuales cerca del 65 por ciento fue para minería (explotación y exportación) y casi nada para desarrollos industriales, contrario a lo que ocurre en otros países de Latinoamérica y el mundo.

El futuro para Colombia es bastante incierto porque los Tratados de Libre Comercio se están firmando con países donde hay tecnología y mano de obra altamente calificada, lo cual se refleja en una mayor productividad con menores costos de producción que los de los países en proceso de desarrollo, que en buena medida continúan utilizando tecnologías del siglo pasado.

Para avanzar por la senda del desarrollo, sustentado en la ciencia y la tecnología, es necesario cualificar el capital humano como su principal soporte. Hay que invertir en educación terciaria y en investigación, en desarrollo e innovación de forma decidida y contando con el apoyo del Estado y del sector productivo bajo parámetros que lo hagan sostenible.

Hay que adoptar una política de Estado que favorezca el desarrollo de la ciencia y la tecnología, sólida, consistente y de largo plazo. Este tipo de políticas fue propuesto en Colombia desde la Misión de los Sabios hace 20 años. Luego fue ratificada en documentos CONPES y posteriormente en algunos intentos de proyectos de ley. Se trata de medidas adoptadas exitosamente por países como Israel, Alemania, Italia, Bélgica, Corea, Malasia, y Singapur, donde la innovación basada en conocimiento les ha permitido aumentar su competitividad en el mundo globalizado, asegurar economías estables y mejorar el empleo, entre otros.

Por ejemplo, Corea del Sur, con una población similar a la colombiana, invierte anualmente alrededor del 3,7 por ciento del PIB -aproximadamente 37.000 millones de dólares- en actividades de ciencia y tecnología. Por otro lado, el año pasado el parlamento de Kenia aprobó destinar el 2 por ciento del PIB para actividades de ciencia y tecnología, recursos que se empezarán a ejecutar a partir del 2014.

El informe de la OECD plantea que Colombia necesita aumentar los recursos para ciencia y tecnología a valores que sean significativos para impulsar las reformas que requiere el país. En efecto, los ejemplos en el mundo indican que en un período corto Colombia debe invertir como mínimo el 2 por ciento del PIB en este tipo de actividades, lo cual representaría mas de 7.000 millones de dólares anuales.

Estas medidas se orientan fundamentalmente a financiar adecuadamente la educación superior y la investigación en las universidades, y a establecer estructuras que permitan el flujo de conocimiento desde y hacia las empresas. Así, los recursos que se asignen se invertirán en:

1. Definición y financiamiento de la investigación en las universidades

2. Definición y financiamiento de institutos nacionales de investigación, independientes de las universidades, especializados por sectores, con una estructura que responda a las exigencias de competitividad mundial, y que se adecuen a las condiciones del país.

Dependiendo de la naturaleza del instituto, la financiación del gobierno se reducirá gradualmente en la medida que las empresas utilicen sus servicios. Estos institutos serán fundamentales en el desarrollo de las regiones ya que estarían ubicados en diferentes departamentos.

3. Impulso a la formación de ingenieros en todas las áreas. Es necesario, por lo menos, triplicar el número de ingenieros en Colombia, profesión directamente involucrada en el desarrollo social y económico de cualquier nación.

4. Impulso a la formación en ciencias.

5. Incremento del número de doctores formados en Colombia y en el exterior como mínimo a 2000 por año, y financiación de postdoctorados. Se requiere una política clara de estímulos para la repatriación de científicos colombianos trabajando en el exterior.

6. Definición y creación de parques científicos y tecnológicos.

7. Desarrollo de políticas de Estado que blinden los recursos para C&T y apliquen evaluaciones cada cinco años para hacer los ajustes que se requieran.

Solo con la definición, compromisos financieros de corto, mediano y largo plazo y la correspondiente ejecución de estrategias claras de parte del gobierno será posible tener un cambio en el desarrollo social y económico del país que nos permita reducir la desigualdad. Esto será posible si utilizamos de manera inteligente nuestros recursos naturales dándoles valor agregado. Pocos países en el mundo tienen tan abundante cantidad y calidad de recursos naturales como el nuestro.

* Autores: vicerrectores y directores de investigación de universidades del G8 de Medellín; Corporación Universitaria Lasallista: Luis Fernando Garcés Giraldo, Escuela de Ingeniería de Antioquia: Nathalia Vélez López de Mesa, Universidad CES: Ruben Dario Manrique Hernández, Universidad de Antioquia: Fanor Mondragon Pérez, Universidad de Medellín: Luz Doris Bolivar Yepes, Universidad EAFIT: Felix Humberto Londoño Gonzalez, Universidad Nacional Sede Medellín: Roman Eduardo Castañeda Sepulveda, Universidad Pontificia Bolivariana: Jairo Augusto Lopera Perez.