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COLUMNISTA INVITADA

La hora de la educación

Isabel Segovia, candidata a la vicepresidencia y exgerente general de la Fundación Compartir, afirma que la educación se pone de moda en campaña electoral, pero que debe ir más allá de eso.

Isabel Segovia
3 de mayo de 2014

La educación se convirtió en uno de los temas centrales del debate político actual. Esto no es una casualidad, la educación es el proceso y el sector que puede lograr que Colombia se convierta en un país justo, equitativo, ambientalmente sostenible y desarrollado, donde todos cabemos y podemos vivir en paz. Este sector, que históricamente no ha sido prioritario, cobra toda importancia en esta coyuntura política y en esta campaña presidencial.

Aunque esto nos haga sentir optimistas, debemos tener en mente que la importancia de la educación va mucho más allá de su posicionamiento en la agenda electoral. Este debe ser un tema prioritario que movilice a todos los ciudadanos; los colombianos debemos exigir que la educación sea una prioridad de todos los gobiernos, sin importar su partido, ni su posición en el espectro político.

La ciudadanía actualmente está impulsando iniciativas en este sentido y eso es muy alentador para toda la sociedad. Si bien todos los sectores son necesarios para mantener una economía próspera, la educación es clave para el buen funcionamiento de todas las otras áreas de la economía y nos permite ser cada vez más competitivos. A nivel social, la educación genera cohesión y es responsable en gran parte de la buena convivencia, la reconciliación y la paz.

A nivel individual, genera condiciones para el desarrollo del potencial humano y creativo. De otra parte, si le brindamos educación de excelente calidad a todos nuestros ciudadanos desde la primera infancia y hasta la educación superior, construimos un país de oportunidades, donde las personas según sus capacidades y motivación puedan llegar tan lejos como ellos mismos se lo propongan.

La educación como tema prioritario de la vida nacional implica que el gobierno elabore un programa educativo serio y viable, que esté basado en diagnósticos que sustenten el porqué de sus propuestas. El gobierno tiene que ser capaz de evaluar su gestión, reconocer las debilidades y tomar decisiones para revertirlas.

Siendo la educación tan importante, y a pesar de que la gestión del sector ha mejorado en las últimas décadas, la educación colombiana adolece de algunas problemáticas que están estancando el mejoramiento de la calidad del servicio educativo y que permiten que se den brechas de acceso y calidad entre habitantes de las zonas rurales y urbanas.

Estas oportunidades de mejora se encuentran en dos pilares del sector: el recurso humano y la infraestructura educativa.

El recurso humano del sector educativo debe ser competente en todos los niveles; desde los que diseñan e implementan las políticas públicas hasta quienes día a día en las aulas se esfuerzan por darle a nuestros estudiantes la mejor educación.

En las manos de nuestros maestros está el futuro del país, por esta razón, ellos deben ser los mejores profesionales, conscientes de su papel transformador, orgullosos de su labor y con habilidades para guiar a los niños y adolescentes en un proceso de formación que les permita trascender su realidad social y tener mejores oportunidades.

La evidencia demuestra que la calidad docente tiene el impacto más importante en el mejoramiento de la calidad de la educación. Por ende debemos propender porque la docencia se convierta en la profesión más importante y respetada. Para esto es esencial una mejor formación profesional, mejores procesos de selección y formación durante sus carreras y acompañamiento permanente en el ejercicio de la docencia.

Además, la evaluación debe repensarse para que les sirva a los maestros para mejorar continuamente y trabajar específicamente en fortalecer sus debilidades y potenciar sus capacidades. La valoración de una profesión por parte de la sociedad tiene mucho que ver con la remuneración que se le asigna. La de los docentes debe ser una remuneración competitiva, acorde con la magnitud de la responsabilidad de su labor.

Complementario al tema de los docentes que es esencial para mejorar la calidad de la educación, para cerrar las brechas entre el campo y la ciudad se debe adelantar la construcción de infraestructura educativa de la más alta calidad. Estas infraestructuras deben ser ambientes de aprendizaje óptimos que adicionalmente les permitan a los estudiantes pasar más tiempo en sus colegios beneficiándose de una educación diferenciada e incluyente, acorde a sus realidades y necesidades. Se debe buscar convertir las instituciones educativas en polos de cultura, deporte y convivencia ciudadana.

Colombia está en una etapa de transición hacia la paz y es nuestro deber empezar a construir el país que podemos tener. El mejor medio para lograrlo es la educación.