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INVESTIGACIÓN

La música triste levanta el ánimo

Dos investigadores de la Universidad Libre de Berlín afirman que las canciones que evocan tristeza pueden consolar a quienes las escuchan.

20 de noviembre de 2014

Contrario a lo que se podría esperar, la música melancólica puede servir para estimular el espíritu. Liila Taruffi y Stefan Koelsch, investigadores sobre la relación música y cerebro de la Universidad Libre de Berlín, encontraron los efectos positivos de las melodías percibidas como tristes a partir de 722 encuestas que realizaron en países orientales como occidentales.

Según el estudio, la mayoría de la gente experimenta más de tres emociones cuando escucha canciones de nostalgia o desamor. Este tipo de reacción resulta más compleja que la que puede generar la música considerada como festiva.

Entre otros factores, los investigadores analizaron por qué las personas elegían este tipo de música e identificaron las emociones que experimentaron con mayor frecuencia. La mayoría de las personas que hicieron parte del estudio eligieron estas canciones en momentos de angustia o soledad, aunque hubo una minoría que escuchó música triste cuando estaba de buen ánimo. La respuesta se manifestó en sentimientos de nostalgia, tranquilidad o ternura, entre otras emociones.

Los investigadores afirman que su descubrimiento es importante por cuatro razones. En primer lugar, porque los resultados revelan que la música triste puede regular o estabilizar las emociones o estados de ánimo negativos. También porque el estudio ilustra acerca de la situación en la cual una persona escoge este tipo de canciones o su perfil emocional. Además, la investigación devela cómo la música evoca la tristeza y los mecanismos psicológicos detrás de ese proceso. Por último, los investigadores dicen que su trabajo aporta a la discusión acerca de los efectos de la música que se percibe como triste.

“Esperamos que este estudio lleve a un entendimiento más profundo de la música que evoca tristeza y estimule la investigación acerca de la relación entre la tristeza y el placer, particularmente en el dominio de la aplicación musicoterapéutica”, concluyen los investigadores.