Esta mujer en burqini hace parte de un equipo de salvavidas en Australia. | Foto: AFP.

POLÉMICA

El burkini: la solución para que las niñas musulmanas vayan a clases de natación

Una corte federal en Alemania desestimó la petición de una familia marroquí que no quería que su hija se bañara en una piscina con niños.

3 de abril de 2015

En Europa a muchas familias musulmanas les cuesta integrarse a la vida en el mundo occidental. Algunas mujeres que profesan el Islam van por las calles cuidándose de no caminar por delante de un hombre, si es que pueden salir solas; otras usan un velo que solo deja al descubierto sus ojos,  si la ley lo permite (en Francia y Bélgica la burka está prohibida) y las niñas tienen sus propios inconvenientes para participar en las actividades escolares.

En Alemania, por ejemplo, la clase de natación es obligatoria en muchas escuelas públicas y no pocas familias musulmanas se han quejado porque consideran que esto va en contra de sus principios religiosos. Una corte administrativa federal en Leipzig emitió un fallo en el que argumenta que si las alumnas usan un vestido de baño especial, no hay motivos para que se nieguen a ir a la piscina.

Según cuenta la revista alemana Der Spiegel, el Ministerio de Cultura de ese país considera que el burkini es la alternativa que tienen las niñas para ir a las clases de natación sin contradecir sus creencias. Este vestido de baño cubre todo el cuerpo. Solo deja al descubierto el rostro, las manos y los pies. Parece un traje de buceo, pero a diferencia de este, tiene una tela especial que impide que se pegue al cuerpo, ya que las familias tampoco quieren que se vea la silueta de las niñas.

La demanda que interpusieron los padres de una niña de 13 años en  Frankfurt alegaba que esto no era suficiente porque las niñas no deberían compartir la piscina con los niños. La corte rechazó el alegato y la escuela exigió que la estudiante siguiera asistiendo a las clases de natación. Al final, la menor dejó de ir a la piscina y cumplió con otras actividades en el gimnasio (con todo su cuerpo cubierto) y así alcanzar las notas mínimas para no perder la materia de educación física.

La decisión jurídica antepuso la obligación del Estado de educar a sus ciudadanos al derecho particular fundado en la libertad de culto. Según la corte de Leipzig, los colegios no pueden evitar que las niñas musulmanas vean a hombres en vestido de baño pues esta práctica hace parte de la vida cotidiana, particularmente en época de verano.

El debate sobre los códigos de vestimenta de la población musulmana en occidente tiene un matiz distinto en cada país. En Francia y Bélgica prohibieron el uso de velos que cubrieran la mayor parte del rostro y en julio del año pasado la Corte Europea de los Derechos Humanos respaldó esa decisión.

Sin embargo, en otras regiones del mundo todavía hay posiciones contradictorias. En Marruecos es normal que las mujeres musulmanas vayan a la playa con burquini, pero en agosto del año pasado le prohibieron usar este vestido de baño a una huésped en la piscina de un hotel de ese país.

Según Der Spiegel, en Alemania hay alrededor de cuatro millones de musulmanes y cerca del 3,4 por ciento de las niñas que asisten al colegio se rehúsa a tomar las clases de natación. El burkini es la alternativa para que ese número sea cada vez más pequeño.

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