En general el puntaje de todas las instituciones de educación superior públicas sería de 56.4 sobre 100. | Foto: Archivo Semana

UNIVERSIDADES

La sombra de la corrupción detrás de las universidades públicas

El Índice de Transparencia reveló que las instituciones de educación superior tienen un riesgo alto de malversar el dinero público.

19 de junio de 2015

Un monstruo grande y que pisa fuerte persigue a las entidades públicas de este país. Se llama corrupción y se presenta como sombra. No solo en los sospechosos de siempre como la Cámara, el Senado y Consejo Superior de la Judicatura, sino también ronda a las universidades públicas. Así lo reveló el Índice de Transparencia Nacional 2013-2014,  publicado el jueves 18 de junio.

Aunque las universidades públicas habían sido evaluadas en índices anteriores, esta vez la Corporación Transparencia por Colombia incluyó unidades de medición específicas para evaluar los procedimientos administrativos y educativos.

“Los resultados son preocupantes. En general el puntaje de todas las instituciones de educación superior públicas sería de 56.4, en una escala de 0 a 100, que equivale a un riesgo alto de corrupción. Ninguna de las instituciones evaluadas se ubicó en nivel de riesgo bajo ni moderado, solo el 40 por ciento de ellas alcanzó el nivel medio, mientras que el 53 por ciento de la entidades se ubicó en riesgo alto y el 6.5 por ciento, en uno muy alto”, explicó la viceministra de educación superior, Natalia Ariza.

De las 32 universidades públicas del país, 13 se diagnosticaron en riego alto y 19, en medio. La de Córdoba obtuvo el peor resultado con 48,3 y, en contraste, el menor riesgo lo presentó la Universidad de Antioquia con un 74,3.

Ni siquiera la cercanía al 100 de la cifra de la Universidad de Antioquia es positiva. Según Restrepo, “ninguna logró superar  los niveles de riesgo. Estos resultados demuestran deficiencia en los diseños institucionales”.

“Los resultados son preocupantes. Desde antes que se publicaran nosotros estábamos implementando políticas más estrictas y mejorando en temas como rendición de cuentas, atención al ciudadano y visibilidad de la información en el portal web”, explicó Jaime Montoya, director de desarrollo institucional de la Universidad de Antioquia.

 “Con este índice no señalamos que las instituciones sean corruptas, decimos cuál es el riesgo que tienen de serlo. Esto quiere decir que si la entidad que gestiona los recursos es débil, nuestro dinero puede caer en la corrupción y que por lo tanto, un derecho como el de la educación puede estar en riesgo”, explicó Marcela Restrepo, directora del Área de sector público de la Corporación Transparencia por Colombia.

La Universidad Distrital Francisco José de Caldas es otra de las que presenta un riesgo alto de corrupción. Su rector provisional, Carlos Javier Mosquera, que ocupa el cargo desde enero de este año, dijo, “efectivamente son resultados desalentadores. Nosotros estamos construyendo un Plan de Mejoramiento que se especializa en recoger los documentos que nos solicita la Corporación para que la universidad entre en una política de aseguramiento para atender los respectivos hallazgos en este índice”.

En la realización del índice, el Ministerio de Educación jugó un importante papel. “Debemos potenciar una cultura de autocontrol en aras de hacer compatible la transparencia y la autonomía universitaria. Esta última no puede ser entendida como una cualidad que no pone límites al cumplimiento de los preceptos que están dados en las leyes, sino por el contrario debe fomentar el desarrollo de acciones innovadoras que desde las directivas hasta los estudiantes estén todas enmarcadas en principios de transparencia”, afirmó la viceministra Ariza.

Todas se rajan

El índice cuenta con tres factores de medición: visibilidad, institucionalidad y control y sanción. De estos el primero, que consta de los indicadores de Divulgación de la gestión administrativa y de trámites y servicio al ciudadano, las universidades públicas en general logran 61,7 sobre 100, es decir, pasa apenas raspando; en el segundo, que consta de Políticas de comportamiento ético y organizacional obtienen 50,1; y en el tercero, formado por control social, institucional e interno de gestión y disciplinario, 59,4.