Mijo, usted que estudió, consiga trabajo

Últimamente, en las redes sociales se han divulgado los memes de una abuelita que dice: “Mijo, usted que estudió Música, venga y me hace un fa” o “Mijo, usted que estudió Derecho, sáqueme una presa de la sopa” o “Mijo, usted que estudió Administración de Empresas, venga a sacar las cuentas para el mercado”. Chistes que, aunque son solo eso, de manera inintencionada reflejan una realidad: la complicada situación de los recién egresados y el posible futuro de muchos actuales ‘primíparos’.

Ese primer día en el que, con maleta nueva, cuadernos recién comprados, ropa especialmente elegida, se pone un pie por primera vez en la universidad, el ‘primíparo’ vislumbra el futuro como si fuera próximo. Se imagina como un profesional reconocido, que su trabajo será el soñado y que cambiará el mundo. Puede ser, ojalá así sea, pero no es tan fácil y toca ir paso por paso. La revista digital Semana Educación en su edición número 13 le explica cómo funciona la educación de Colombia y el mundo. 

Ya a esta hora del año eligió la carrera y la universidad. Entró con beca, con préstamo, sus padres lo pagan, es gratuita o él mismo la paga. De cada uno de estos factores depende mucho su futuro laboral.

Primero, pasó por un proceso, ojalá lo suficientemente exhaustivo y dedicado, para que la carrera elegida sea la ideal. Eso significa, principalmente, identificar los puntos fuertes y débiles; sentir pasión por el que será el futuro trabajo y  saber que hay opciones laborales para esa carrera, como también una buena remuneración. Arrepentirse y andar saltando de carrera en carrera no es una muy buena idea, porque el dinero que invirtió en el primer semestre ya se perdió.

Según Adecco Colombia, los colombianos no están eligiendo bien sus carreras; el 65 % no está conforme. Y el principal problema es que la mayoría escoge su área de estudio en función de las oportunidades laborales que brinda (el 54 % lo hace) y no con base a su vocación.

Para el Sistema para la Prevención de la Deserción (Spadies), las razones por las que los estudiantes desertan de la educación superior son bajo nivel académico y deficiencias en la preparación previa que se trae desde el colegio, seguido por las condiciones económicas del estudiante o de su familia y la orientación vocacional que recibió antes de elegir la carrera.

Las condiciones económicas son un motivo significativo y sensato, teniendo en cuenta los altos costos de la educación privada del país, tanto básica y media como superior, esta última, la más crítica económicamente.

Actualmente, aquellos que eligieron Medicina deben tener en cuenta que es la carrera de mayor costo; en la universidad que se encuentra más económica es en la de Boyacá, a $7.582.000 el semestre, mientras que la más cara es en la Universidad de los Andes, que roza los $20.000.000.

De resto, el semestre varía según la universidad y la carrera. Eso sí, no hay ninguna que cueste menos de $1.300.000, y si existe una con un precio menor, es de dudosa calidad.

Por eso, la elección de la universidad es muy importante. Debe ser una institución y una carrera aprobadas por el Ministerio de Educación Nacional. A la hora de terminar de estudiar, buscar trabajo, ser aceptado en la empresa a la que se quiere ingresar, es fundamental el reconocimiento de la institución donde se estudió. Y ojalá no pase que el título de grado no tiene validez. Dentro de las universidades acreditadas, el costo semestral está entre $7.000.000 y $15.000.000, aproximadamente.

Si el estudiante o sus padres pagan el semestre, en el futuro no habrá ninguna deuda, lo cual es una ventaja. Sin embargo, son pocos en este país quienes pueden aguantar esa renta. Así que usted probablemente sea de los que tienen que pagar el crédito, lo primero que tiene que hacer es pensar desde ya en sus finanzas personales.

Ser estratégico a la hora de gastar es clave. No todo tiene que ser nuevo, y podrá ahorrar una buena cantidad de dinero. Por ejemplo, en la era digital, la mayoría de los textos se encuentra en internet; si no, se pueden comprar de segunda. ¿En qué se podría invertir ese dinero? En cursos académicos que complementen los estudios, como los intersemestrales, porque mientras más rápido salga, menos gastará.

Estudiar y trabajar es una buena opción mientras no se interpongan en el camino de la universidad, que es la prioridad. Dentro de la universidad se pueden encontrar opciones de trabajo que le representen un auxilio económico. Por fuera se puede trabajar como mesero o en un call center, pero es mejor aprovechar las habilidades de la carrera; de esa manera podrá empezar a crear hoja de vida.

En movilidad también puede ahorrar mucho dinero. En Transmilenio, el gasto diario es de $4.000  pesos ida y vuelta. En bicicleta, ese dinero se podrá ahorrar para invertir en algo más.

Otro campo en el que se puede ahorrar es en la comida. Un antojo puede generar un gasto, en un solo almuerzo, de $20.000. Es complicado resistirse, y hacerlo de vez en cuando no está mal si las finanzas marchan bien. Sin embargo, no se puede convertir en una costumbre. Lo mejor es cocinar en casa y llevar el almuerzo. También, se puede almorzar en los famosos “corrientazos”, que tienen almuerzos entre $5.000 y $9.000.

Estas recomendaciones, que hace la revista Semana Educación en su edición número 13, están dirigidas a que el estudiante administre sus recursos para pagar la deuda. No se puede esperar un gran salario a la hora de graduarse. Según los resultados del Observatorio Laboral para la Educación, el promedio del sueldo de un recién egresado de pregrado es de $1.483.000 aproximadamente.

Sin embargo, existen carreras en las que los egresados tienen mejor sueldo. La que mejor paga es Geología, con $3.327.000, seguida por Medicina, Ingeniería Electromecánica, Ingeniería de Minas y Estadística. Pero lo más importante es pensar en la vocación y no en el sueldo. Si usted siente pasión por lo que hace, seguro le irá bien.

Existen también opciones como la formación técnica, que cada vez toma más relevancia. Así que a comenzar las clases con entusiasmo y estudiar lo que se desea, porque solo con una vocación por lo que se estudia, se puede asumir el reto de superar obstáculos y ser un profesional competente y exitoso. 

Lea más recomendaciones para estudiantes en la edición número 13 de Semana Educación.

* Periodista de Semana Educación. 

PARA EL DEBATE

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