CIENCIA

Los alumnos no quieren investigar

A pesar de tener las herramientas, no saben dónde buscar información de calidad ni cómo planear su trabajo a partir de esta. Los maestros tienen el reto de motivarlos y guiarlos.

19 de febrero de 2015

En la actualidad los maestros han manifestado su preocupación por la falta de investigación y criterio de los jóvenes debido al creciente uso de las redes sociales y en general de la información que encuentra en internet. Según el estudio hecho por la consultora internacional Asociación para la Investigación del Consumidor –GFK, por sus siglas en alemán- los adolescentes usan internet como principal medio de consulta en sus investigaciones. En Latinoamérica, las páginas más visitadas por los jóvenes son El Rincón del Vago, Wikipedia, Yahoo Answers y Taringa. De ahí que la consultora concluya que los estudiantes no están profundizando ni aplicando ningún tipo de método académicamente adecuado para sus investigaciones.

Una de las posibles soluciones a esta coyuntura es aplicar el método científico en las aulas. Incorporar esta metodología ha sido motivo de la investigación del especialista Marshall Walker, quien afirma que al final lo que le interesa a la ciencia es buscar mecanismos para pronosticar acontecimientos y de esa forma interpretar la realidad. Este tipo de procedimientos permitiría que los jóvenes que usan internet encuentren datos suficientes para hacer una predicción o lo que comúnmente se llama hipótesis.

A partir de esta premisa, La Red Iberoamericana de Comunicación y Divulgación Científica publicó un artículo sobre la necesidad de concientizar a los docentes para que busquen estrategias que motiven a estudiantes para que usen el modelo en sus búsquedas por internet u otros medios. Los maestros deben tener en cuenta el perfil y nivel de desarrollo de cada alumno.

La Universidad Católica de Valparaíso realizó un estudio para ver qué tipo de estrategias podrían ser usadas en el aula. El proceso se llevó a cabo durante 56 días con seis maestros de diferentes áreas y pretendía identificar qué patrones aplicaban para incentivar a sus alumnos a usar la técnica positiva.
Las actividades que se realizaron en grupos les planteaban experimentos y problemas cotidianos a los estudiantes. El objetivo era focalizar la atención en el estudiante permitiéndole indagar por procesos que suceden a sus alrededor, e investigar por medio de trabajos de campo, lecturas e interacción con otros grupos de trabajo. Sin embargo, y como lo aseguró la Red Iberoamericana, la responsabilidad inicial partía del docente.

Los resultados de este estudio arrojaron un incremento en la participación en clase de los alumnos de secundaria, además de un mayor sentido de compromiso. Esto ratifica la necesidad de plantear el método científico como una herramienta que ayude a tener una investigación justificada por datos, que plantee hipótesis y que les permita a los jóvenes planear y organizar su trabajo. 

El problema no radica en el medio de investigación que están usando los alumnos en la actualidad, sino que tiene que ver con que no tienen la estructura adecuada para sustentar la información que encuentran. Además, la mayoría de los estudiantes no pueden plantear una posición argumentativa.