| Foto: Archivo particular

LENGUAJE

Las palabras más difíciles de pronunciar

Nuestro idioma no es tan fácil como parece. Estas son algunas de las dificultades más comunes que encuentran los extranjeros cuando se enfrentan al español.

17 de enero de 2017

¿Sabía que para un italiano que no sabe español es casi imposible pronunciar correctamente la palabra “ajiaco”? A ningún hispanohablante se le ocurriría pensar que palabras tan comunes como esa o “despotricar” podrían acarrear grandes dificultades en su pronunciación. Sin embargo, para un extranjero podría tratarse de trampas mortales debido a la combinación de sílabas y letras inexistentes en sus alfabetos.

Más allá de lo anecdótico, o precisamente por ello, surge entonces la necesidad de averiguar si el español es realmente un idioma tan difícil para un extranjero y cuáles son esas palabras que podrían complicarle la vida. Palabras tan simples como “armadillo” son todo un reto para los que no son hispanohablantes, así quedó registrado en un video del portal de idiomas Babbel

Según la doctora en Literatura y Lengua Española de la Penn State University en Estados Unidos Rosario Torres, el español, comparado con otros idiomas, no se considera difícil de aprender. “Una de las principales razones es que es muy fonético, es decir, a una letra determinada corresponde consistentemente un sonido específico. Sin embargo, la dificultad radica en el sencillo hecho de que ciertos fonemas no suelen formar parte de la lengua materna”, dijo.  

Y es que cuando aprendemos una segunda lengua, la fonética suele convertirse en una asignatura compleja. “Nos enfrentamos con sonidos no presentes en nuestro idioma, lo que exige habituarse a puntos y modos de articulación que resultan complejos”, aseguró Cristina Pérez Múgica, doctora en Literatura Española e Hispanoamericana y profesora de español para extranjeros en la academia Letra Hispánica, de Salamanca.

Como anota la experta, otro punto a tener en cuenta también es el hecho de que la grafía es diferente de idioma a idioma. “Nos cuesta asumir el hecho de que una misma grafía pueda representar sonidos distintos en otras lenguas”. Por ejemplo, en inglés una misma letra se puede representar vocales distintas, mientras que en español a cada fonema vocálico le corresponde una sola grafía. Debido a esto, quienes tienen el inglés como lengua madre, cuando se encuentran con la grafía “e” dudan si la deben pronunciar como “i” o como “e” .

Estas son algunas de las dificultades más comunes. 

La engañosa doble “r”
Las palabras con doble “ere” o “erre” al principio, como “carro”, “rato", "rueda", "sonrojado" o "rito", son una mala pasada para los extranjeros, como por ejemplo los japoneses, quienes no las pronuncian de forma fuerte, sino suave, ya que ese sonido no existe en japonés.  Para cualquier extranjero la pronunciación fuerte de la letra “ere” es uno de los sonidos más complejos. En palabras como “perro”, “ubérrimo”, o “desarrolladores”, por ejemplo, notaremos que la mayoría pronunciarán “pero”, “ubérimo” y “desarolladores”. 

El enigma de la j
Para los anglohablantes la “jota” en español es todo un enigma y ni se diga para los orientales, ya que esta letra se pronuncia más fuerte, casi como una hache aspirada. Por ejemplo, en Japón, las palabras con letra “j” a veces llegan a convertirla en una “f”: “Julio” se convierte en “Furio” y “juego” lo pronuncian como “fuego”. Los italianos también tienen un problema con esta letra, ya que no existe en su alfabeto y solo la conocen si hablan inglés y la pronuncian de la manera anglosajona. De este modo, “joyería” la dicen como “ioyería” o en otros casos como “goyería”.

Cuando cajón lleva “g” en vez de “j”
Exigir, ejercer, corregir. Son otras de las palabras que, aunque parezcan inocentes, tienen una trampa para los extranjeros. La letra “g” delante de las vocales “i” y “e”, en palabras como “exigir” o “refrigerador” se convierten en un sonido muy complicado para los angloparlantes. A estas hay que sumarle nuestra “hache”, que es muda. Sin embargo, movidos por sus hábitos articulatorios, propios a los que están acostumbrados, los anglohablantes pueden olvidar esta norma y pronunciar la “h” de palabras como “hermano”, “hola”, “hablar”. De ahí que sea muy habitual escuchar a un norteamericano decir “germano”, “jola” o “jablar”. 

Diptongos, triptongos y hiatos, un dolor de cabeza
A la dificultad de pronunciar ciertas letras, se suma la dificultad de pronunciar palabras que tengan demasiadas sílabas. Para los eslovenos, por ejemplo, la pronunciación de diptongos, triptongos y hiatos puede acarrear dificultades por dos motivos: su lengua no cuenta con fenómenos que equivalgan exactamente a estos y además, el español presenta una gran variedad y abundancia de diptongos. Como muestra el video de Babbel, la situación es bastante jocosa cuando el esloveno intenta pronunciar la palabra “limpiauñas”.

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