| Foto: Secretaría Distrital de Educación

POLÉMICA

Las editoriales toman el relevo ante el vacío estatal

Los estudiantes colombianos obtienen pobres resultados en las pruebas de comprensión lectora y lenguaje. Los planes de lectura, en manos de las editoriales, se convierten en la única vía para obligarles a leer

19 de abril de 2016

El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo alguna vez que aprender a leer es lo más importante que le ha pasado en la vida. Pero en Colombia, el país de Macondo, la tendencia va hacia el otro lado: no se lee.

En 2014, menos de la mitad de la población mayor de 12 años (48,4%) leyó un libro, según la última Encuesta de Consumo Cultural. En otras palabras, en Colombia se leen de media entre 2,2 obras al año frente a los 5,4 de Chile, los 4,6 de Argentina, los 5,3 de México y los 4 de Brasil.

Una cifra que preocupa, aunque los grandes lectores de libros del país tienen edades comprendidas entre los 12 y los 25 años. En otras palabras, y de acuerdo al Ministerio de Educación (MEN), “son estudiantes y jóvenes en edad escolar cuya lectura principal es obligatoria”.

Ante la falta de una política pública férrea de lectura (o por lo menos unificada), son las editoriales las que tienen el monopolio de los planes lectores en los colegios tanto oficiales como públicos, “aunque nuestra venta mayor está en los primeros”, explicó a Semana Educación Ximena Godoy. Según la directora de la colección infantil de Santillana, “los oficiales compran menos porque los padres tienen menor poder adquisitivo”.

En promedio, las instituciones de educación públicas sólo exigen a sus alumnos la lectura de cuatro libros de literatura al año, frente a los 6 y 12 libros que se piden en los privados. El costo por obra para los primero oscila entre los 17.600 y los 22.000 pesos, para los segundos, entre los 26.000 y los 67.000 pesos por unidad.

En el caso del plan lector, en los oficiales se paga entre los 70.400 y los 88.000. En los privados esta cifra puede ascender a los 310.000 pesos. Incluso hay instituciones como el Nueva Granada, en Bogotá que lo incluye como parte del costo de la matrícula.

“Nosotros tenemos una fuerza grande en las escuelas. Sin embargo, con el precio del dólar actual, vamos a ver con qué precios llegan los libros de fuera, porque se van a multiplicar los costos”, añadió María Fernanda Paz Castillo, gerente editorial de SM, a esta publicación.

La última pruebas Saber 3°, 5° y 9° reveló que los niños en Colombia no tienen un nivel de comprensión lectora aceptable. De los 2,4 millones de menores evaluados (entre los 8 y los 14 años), el 90 % no alcanzó un nivel satisfactorio en esta competencia. Es decir, apenas son capaces de comprender y explicar oraciones y párrafos de textos cortos, ya sean explicativos o informativos. Por lo tanto, se les dificulta más comprender un texto académico.

El último Índice Sintético de Calidad Escolar (ISCE) reveló que en la asignatura de lenguaje hay más estudiantes de primaria en nivel insuficiente que el año pasado, y que hay una tendencia a la baja en el nivel avanzado. “A los padres y docentes les pido que estimulen en los niños el amor por la lectura, por los libros. Esa es la vía para mejorar los datos en lenguaje”, aseguró Juan Manuel Santos recientemente al respecto.

De las evaluaciones internacionales se extrae más de lo mismo: los niños en Colombia no leen. Atendiendo a los resultados de las Pruebas PISA de 2012 (aún no se han publicado los datos actualizados de las realizada en 2015), el 47 % de los bachilleres colombianos quedaron por debajo del nivel mínimo de comprensión lectora o Nivel 2. En otras palabras, solo tres de cada mil jóvenes escolarizados tienen un nivel de lectura crítica a los 15 años.

En el caso del PIRLS (Estudio Internacional del Progreso de Competencia Lectora) que se realizó en 48 países y por el que se evaluó a 3.966 alumnos con edades comprendidas entre los 9 y 10 años, Colombia resultó con un nivel de desempeño en competencia lectora de ‘muy bajo’.

¿Por qué deben leer los niños?

La lectura favorece la concentración, alimenta la imaginación y mejora habilidades sociales como la empatía, demostró el psicólogo Raymond Mar de la Universidad de Toronto en una investigación publicada en 2006.

Más significativo es cómo influye en el desarrollo de ciertas competencias básicas para el desarrollo integral de la persona, como por ejemplo las habilidades comunicativas de acuerdo a un estudio realizado en 2011 por el doctor de la Universidad de Oxford Mark Taylor.

Asimismo, es la herramienta para enriquecer el vocabulario, mejorar la gramática y la sintaxis. Es decir, las competencias lingüísticas, por lo que es más probable que una persona que lea con asiduidad, escriba mejor que otra que no tiene el hábito.

En el Plan Decenal de Educación 2006-2016, el Ministerio de Educación (MEN) hizo una breve mención a la necesidad de “fortalecer los procesos lectores y escritores”, sin esclarecer el cómo iban a conseguir tal objetivo. Por otro lado, está el Ministerio de Cultura, ente que lidera las acciones para crear hábitos de lectura en los estudiantes en edad escolar de colegios oficiales. Lo hace a partir de la estrategia  Leer es mi Cuento, por la que entrega una ‘colección semilla’ a cada institución educativa pública compuesta por 270 libros, entre generalistas y de literatura, para estudiantes desde preescolar a grado 11.

En el caso de Bogotá, el alcalde Enrique Peñalosa acaba de presentar el plan distrital de lectura y escritura ‘Leer es volar’. Con una inversión de 150 mil millones de pesos, quiere contrarrestar las cifras que hablan de que en la capital del país sólo se leen 2,7 libros por habitante, además de las que brindó las últimas pruebas Saber. De estas se extrajo que el 45 % de los estudiantes de colegios oficiales de tercer grado tienen un nivel insuficiente de comprensión lectora. En el caso de quinto y noveno, el dato asciende a 55 % y 56 %, respectivamente.

“Pasaremos de tener 112 instituciones educativas con bibliotecas escolares a 385. Es decir, la totalidad de los colegios del Distrito contarán con colecciones semilla de ‘Leer es Volar’”, explicó María Victoria Angulo, secretaria de educación del distrito, durante la presentación de la estrategia.

PARA EL DEBATE

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