| Foto: Defensoría del Pueblo

INNOVACIÓN

Estudiantes crean el primer absorbente de petróleo 100 % colombiano

Tres jóvenes del colegio Los Caobos desarrollaron un nuevo producto a base de pino que se ha utilizado para limpiar derrames de hidrocarburos.

23 de marzo de 2016

A sus 16 años, Luis Felipe Reyes es más que un estudiante de noveno grado con muchas ganas de comerse el mundo y toda la vida por delante. Este joven bogotano revolucionó el sector de los servicios de control y recuperación de recursos naturales y medioambientales junto a sus compañeros de clase Alejandro Herrera y Santiago Burbano, de 15 y 16 años respectivamente. 

Los tres, estudiantes del colegio Gimnasio Los Caobos de la capital, desarrollaron el primer absorbente de hidrocarburo fabricado en Colombia con los sobrantes de la madera de pino que desechan las madereras (corteza). Es además totalmente ecológico, orgánico y sin presencia de químicos, como ocurre en el 95 % de los casos. “No pierde la capacidad de flotar, porque muchas veces se utilizan productos que son muy efectivos pero hay que recogerlos rápido porque se hunden. Es oleofílico (absorbe aceites rápidamente) e hidrofóbico (repele el agua), por lo que, una vez se retira el hidrocarburo con el producto, esta queda limpia”, sentencia Reyes.

Su proyecto comenzó a tomar forma el año pasado en el marco de la asignatura ‘Emprendimiento’, una materia obligatoria para todos los alumnos de Los Caobos con presencia en el currículo de horas semanales.  En esta se les exige que ideen un modelo de negocio rentable que responda a todos los estándares de diseño empresarial para generar ingresos y beneficios.  Pero lo que “empezó como un simulacro”, como lo relata Reyes, se convirtió en una oportunidad de negocio.

“La iniciativa surgió en respuesta a una problemática que suele ocurrir mucho en Colombia: los derrames de hidrocarburo como gasolina, petróleo, aceites e incluso algunos químicos. Nos dimos cuenta que todos los absorbentes que se utilizan en el país son además importados. Nuestra idea era crear uno más económico y eficaz, especialmente ahora con la devaluación del peso en comparación con el dólar”, explica el joven.

En Colombia se manejan unos precios que rondan los 70-75 dólares por una libra de absorbente de hidrocarburo importado. La propuesta de los adolescentes abarata los costos hasta situarlos en 35 dólares por la misma cantidad de producto.

Para lograr despegar la idea, se asociaron a la empresa Varichem, especialista en servicios de control y recuperación medioambiental que, además de financiar su proyecto con una dotación de 3.000 dólares, les facilitó las máquinas y materia prima para perfeccionar el producto.

La efectividad del mismo ya se probó en situaciones de derrames reales, “como el que ocurrió en Tumaco”, asegura el padre de Luis Felipe Reyes, quien acompaña a su hijo en todo este proceso de innovación. Mauricio Reyes, como se llama, se refiere al derrame de 10 mil barriles de petróleo en este municipio de Nariño a raíz de un ataque de las Farc contra el Oleoducto Trasandino que fue considerado por el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo, como “el daño ambiental más grande que ha tenido el país en los últimos 10 años”.

El siguiente paso ahora para Luis Felipe y sus compañeros es patentar su absorbente, un escalón burocrático necesario que ya está en transcurso. Es el último requisito para poder seguir en sus aspiraciones expansionistas: “primero en Colombia, luego en la región y luego tratar de golpear las puertas de mercados internacionales”. Quizá entonces los tres jóvenes empiecen a recibir algún tipo de ingreso por su invento y su trabajo. Aunque, como asegura Reyes, “nuestro objetivo principal era probar que sí funcionaba, y lo hemos conseguido”.

 Un país que no le apuesta a la innovación

Colombia no es un país referente en lo que se refiere a inversión en desarrollo e investigación. Mientras otros países, como Estados Unidos, destinan cerca del 3 % de su PIB a este fin, Colombia hace lo propio con un 0,19 %, de acuerdo a cifras de 2014 del Observatorio Colombiano de Ciencia, Tecnología e Innovación (OCyT) y el Dane. En lo que respecta a Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI), los gastos se fijaron en 0,46 % en el mismo periodo.

Los datos que arroja el último informe de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt), plataforma con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericano (OEI) sobre el número de profesionales dedicados a la investigación tampoco hablan bien del país. A pesar de que el incremento en términos de inversión en  I+D entre los años 2009 y 2013 fue del 70%, no se ha visto un aumento proporcional en el número de investigadores: poco más de 7.000, frente a los 435.922 que, por ejemplo, tiene México.

PARA EL DEBATE

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