Parque Educativo Juan Bautista Montoya y Flórez, en Titiribí, Antioquia. | Foto: cortesía Gobernación de Antioquia

PROYECTOS

Parques Educativos: del miedo a la esperanza

Estos proyectos son una de las principales apuestas del gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, quien los cataloga como los nuevos referentes de la educación del Siglo XXI.

8 de octubre de 2014

Se trata de una iniciativa de encuentro ciudadano basada en la experimentación, la innovación y la ruptura de paradigmas que ha sido reconocida desde el Ministerio de Educación como “el mejor proyecto educativo del país”. Poco a poco, el proyecto empieza a ganar protagonismo en el radar de la comunidad internacional con apoyos como los propuestos por la Universidad de Harvard.

Espacios multifuncionales que cuando se hacen tangibles, más allá de ser otra estructura arquitectónica, guardan un secreto en lo que no se puede ver, pero si sentir.

Tras recorrer los municipios que se hicieron merecedores de un Parque Educativo, se percibe el cambio de mentalidad en las comunidades, que ahora sienten que los actores del cambio no se encuentran solo en alcaldías y concejos, sino en cada esquina.

No en vano los proyectos entregados por los municipios para concursar por uno de los 80 Parques fueron liderados por mesas municipales integradas por maestros, estudiantes, padres de familia, servidores públicos y todo aquel que quisiera aportar a construir un sueño colectivo. Por primera vez, el anhelo más valioso no pertenecía a un grupo político: la capacidad de influencia era de todos, sin excepción.

Una historia con 80 capítulos

Vigía del Fuerte, Titiribí, Tarso y Támesis son los cuatro municipios que ya disfrutan de los Parques Educativos. Cada uno con un diseño y un enfoque que responde a la identidad y la historia de la municipalidad: ningún Parque Educativo será igual.

El nombre del Parque de Vigía del Fuerte es Saberes Ancestrales. Un homenaje a la interculturalidad afro e indígena que por años ha poblado con sus tradiciones esta rivera del río Atrato, el más caudaloso de Antioquia en límites con el Chocó.

Un lugar en el que por años navegaron la incertidumbre y el miedo, camuflados entre una selva que se hizo refugio impenetrable de los grupos al margen de la ley.

Esta zona sufrió la masacre de Bojayá, un sangriento momento que 12 años atrás acabó con la vida de 119 personas. Intentaron resguardarse en una iglesia cuando fueron víctimas de una pipeta bomba. Estaban en medio del fuego cruzado entre guerrilleros y paramiliatares que minutos antes se hallaban en Vigía del Fuerte, pero que cambiaron de escenario ante la huida de uno de los bandos hacia la otra orilla del río.

Vigía del Fuerte, hoy llamada la sucursal de la esperanza, estuvo a punto de convertirse en la antesala del infierno.

Hoy, el municipio con escasos 30 años, vive aires de transformación porque “en el Parque Educativo vamos a invertir en algo que no tiene pierde, y es la educación que luego se convertirá en progreso”, dice convencido Marlon Barbosa, maestro de la Institución Educativa Vigía del Fuerte.

En el caso de Titiribí, el Parque Juan Bautista Montoya y Flórez es una plataforma que además de los espacios contemplados para la educación, se convierte en un escenario privilegiado para proyectar su tradicional caficultura.

En Tarso, el Parque Balcones del Saber se integra a la institución educativa del pueblo para dar paso a una nueva concentración educativa.

Mientras que en Támesis, el Parque Cartama, un encuentro de saberes emerge en el cumpleaños 150 de un poblado que espera escribir las páginas del desarrollo y así dejar atrás las dificultades fiscales que por mucho tiempo se han reflejado en falta de oportunidades.

“Con la apertura del Parque se cumple parte de nuestro sueño. Ahora el reto para completarlo es hacer realidad todas las expectativas”, asegura Diego Montoya, alcalde de Titiribí.

Ahora estos municipios se alinean para tejer pequeños cambios que enhebran una gran transformación. Las comunidades se empiezan a ver llenas de confianza y se están dando cuenta de lo que son capaces cuando se deja de lado la política del favor y la ambición, para dar paso a la educación. Sus capacidades y talentos son los protagonistas de la transformación.

Una historia de 80 capítulos que cuenta cómo obras que comenzaron como innovadoras construcciones, ahora simbolizan lo que para seis millones de antioqueños significa pasar del miedo a la esperanza.

¿Quiere saber más?
Conozca otras exitosas experiencias educativas de Medellín y Antioquia durante la 1º Cumbre Nacional Educación: los territorios cuentan. Del 8 al 10 de octubre la capital de la montaña será un espacio de encuentro para la comunidad educativa donde se darán cita expertos nacionales e internacionales y líderes de los proyectos educativos más innovadores.

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