25 años sin ‘Klim’

¿Qué habría dicho Klim sobre la propuesta de hacer el Mundial de fútbol en Colombia? ¿Con qué nombre burlesco habría bautizado al ministro Sabas Pretelt? ¿Cuál habría sido su mordaz comentario sobre la embajada de Ernesto Samper y sobre su imagen con baguette debajo del brazo en Paris? Basta hacer estas preguntas para dar una medida de la falta que hacen las columnas de Lucas Caballero Calderón, ‘Klim’. Un gran escritor y columnista cuya muerte, hace 25 años, dejó un gran vacío en el tratamiento humorístico e irreverente de los grandes hechos y personajes de la política. Nadie, desde entonces, ha cumplido ese papel, tal vez con la excepción de Jaime Garzón, aunque éste lo hizo en otro medio: la televisión.
‘Klim’ fue un hito en el periodismo colombiano. Su estilo fue propio e innovador. Manejaba el sarcasmo como ninguno, formaba opinión y divertía a sus lectores. Y se convirtió en inclemente veedor contra la corrupción y el uso inescrupuloso de los recursos públicos. ’Klim’ era un contrapeso al poder, que es la función que cumplen los columnistas irreemplazables.