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QUÉ PASÓ CON

Adolfo Salamanca

14 de marzo de 2009

"El Estado es blando con los narcos porque el gobierno los favorece” o “el juicio a Samper fue un monumento al cinismo”, son frases que caracterizaron a Adolfo Salamanca, el mediático vicefiscal del proceso 8.000. Las posiciones controvertidas de este abogado manizaleño de 58 años, marcaron la pelea entre la Fiscalía y el gobierno y le trajeron más de un enemigo mientras ocupó el cargo entre 1993 y 1997. Hoy no falta quien lo insulte mientras va a cine con su esposa Martha o alguien que lo felicita cuando trota, deporte que practica a diario. Pero Salamanca prefiere mantener un perfil bajo, litiga por todo el país como penalista y va a las exposiciones de Daniel, su hijo artista, o almuerza con Camila, su hija mayor. Pero la fama de polémico lo persigue desde antes del 8.000. En los años 70 defendió presos del M-19 y en 1993 fue el primer comisionado de Policía, puesto que generó resistencia, pues nadie en la institución quería que un civil la vigilara. Salamanca admite con orgullo que su segundo hogar es la Universidad Nacional, donde se graduó en 1973 y fue profesor durante más de 30 años. Entre 2004 y 2008 fue decano de la facultad de derecho pero el reto fue grande, pues en esos años Salamanca tuvo que enfrentar su peor enemigo: un cáncer de la laringe que lo dejó sin voz en 2004 por el paquete diario de cigarrillos que fumaba desde la adolescencia. Ya recuperó el habla, y aunque no es el vozarrón que muchos recuerdan, todavía se da el lujo de afirmar que  “el 8.000 no cumplió con su papel, pues muchos políticos involucrados todavía están activos”.
corto y que nos va a ir muy bien.