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Fútbol, impuestos y moral

A las dos de la tarde del jueves, el FC Bayern debió acudir a la cita más dura de su historia.

15 de marzo de 2014

A las dos de la tarde del jueves, el FC Bayern debió acudir a la cita más dura de su historia. Pero no en la cancha, sino en los estrados judiciales. A esa hora, una corte de Múnich condenó al presidente del legendario club de fútbol, Uli Hoeness, a tres años y medio de cárcel por evadir 28,5 millones de euros en impuestos. La sentencia obligó al alemán de 62 años a renunciar y ha sacudido el deporte. La Fiscalía investigaba a Hoeness desde 2012, pero la noticia se filtró hace un año. El exfutbolista habría podido negarlo todo para cuidar su imagen y contratar a los mejores abogados para evadir la prisión. Pero hizo lo contrario: puso la cara y aceptó haber consignado las millonarias utilidades de sus negocios en el mercado de valores en una cuenta suiza. El caso tiene impactado al fútbol y podría convertirse en un punto de quiebre para la moral de la elite deportiva. No todos los días una figura de esa altura paga por un delito demasiado común en el deporte. Como escribió el tabloide Bild: “Amargo para Hoeness, excelente para la Justicia”.