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Congreso congelado

26 de septiembre de 2009

Desde el primero de septiembre, día en que se votó la conciliación del referendo, los pasillos del Congreso viven prácticamente vacíos. Mientras las sesiones de la Cámara de esos días duraron entre 12 y 13 horas, las de las últimas semanas han durado en promedio tres horas. En el Senado ocurre lo mismo con una demora adicional: la reforma política estableció que las votaciones tienen que ser nominales, de tal manera que cada vez que se vota un artículo hay que revisar el quórum. Esto significa que es más probable que las sesiones se tengan que levantar sin haber discutido todos los puntos del orden del día dado que, como hay que estar llamando a lista, el tradicional ‘pupitrazo’ ya no es útil para camuflar la falta de quórum.