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ENTREVISTA

"Cuestionar no es lo mismo que traicionar"

La abogada María Teresa Herrán satiriza a los miembros de la sociedad colombiana en 'Mascaradas', su segunda novela.

6 de enero de 2003

SEMANA: Usted dice que su novela 'Mascaradas' es una sátira de la sociedad colombiana, ¿qué quería satirizar con exactitud? MARIA TERESA HERRAN: El conformismo, también lo light, la insensatez de una dirigencia que se comporta como si estuviera en el siglo pasado y no ve lo que no quiere ver. SEMANA: ¿Por qué piensa que los colombianos son mamagallistas pero no resisten verse reflejados en una sátira? M.T.H.: El mamagallismo es una manera light de eludir problemas. La sátira ayuda a vencer los defectos de una educación y de unas relaciones intrafamiliares que a veces enseñan a agachar la cabeza, a no decir lo que se piensa y a no burlarse de uno mismo. SEMANA: En 'Mascaradas' hay cierto interés marcado en satirizar a los políticos y a los directores de medios, ¿no se siente un poco traidora si se tiene en cuenta que su esposo es político y usted se ha movido como pez en el agua en los medios? M.T.H.: Miré en el diccionario y cuestionar no es lo mismo que traicionar. En cuanto a lo de pez, fue por pura terquedad y esfuerzo, a pesar de aguas muy contaminadas. Porque Colombia no es democrática: directores se instalan durante siglos en un caudillismo mediático egocéntrico y las dinastías políticas se perpetúan por el sólo hecho de ser dinastías. Fíjese en esta paradoja: al adorable Pacho Santos le está tocando hacer ahora lo que nunca hizo, meritocracia. Y si nuestra Canciller se llamara Carolina Rodríguez, pero fuera la mayor experta en política exterior, ¿sería Canciller? SEMANA: ¿Por qué en vez de esconderse en la ficción para presentar la realidad del país no escribía un libro de denuncia de, por ejemplo, las dinastías políticas? M.T.H.: No me escondo. Todo el que lea la novela sabrá a quiénes me estoy refiriendo. Pero como los informativos, en particular los de televisión, se han vuelto tan noveleros (¿qué tal las pechugonas del happy end?) la novela puede ser una manera de insistir en la realidad. SEMANA: Usted dice que no podemos seguir cayendo en el maniqueísmo de buenos y malos, ¿pero no estamos en un momento histórico donde desde el poder se aboga por eso? ¿Por un monodiscurso de los buenos? M.T.H.: El país se está ilusionando peligrosamente con el unanimismo, que lleva a excluir al que discrepe, es decir, en términos emocionales, al malo. San Fernandote Londoño es el experto en eso, en el entendido de que él siempre es bueno. Amén.