"Dispárele a lo que se mueva"

El caso de la periodista italiana Giuliana Sgrena revela en toda su dimensión la difícil situación que se vive en Irak. La corresponsal de Il Manifesto fue secuestrada hace un mes. Sus captores exigían que para liberarla se marcharan "los invasores extranjeros". El viernes por fin fue liberada y dio gracias a Dios por no haber corrido la suerte de otras víctimas del secuestro que han sido degolladas. Fue entregada al jefe de los servicios secretos italianos en Irak, Nicola Calipari, quien la acompañaba en un carro camino al aeropuerto cuando tropas de Estados Unidos les dispararon. Calipari intentó cubrirla con su cuerpo pero fue alcanzado y murió, mientras ella quedó herida en la espalda. El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, cercano aliado del presidente George W. Bush en la invasión, protestó por el hecho y exigió que los responsables sean castigados.