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Duelo nacional

20 de enero de 2007

Cuando el país aún no se reponía de la muerte de las bebés siamesas Mariana y Sofía, quienes no pudieron sobrevivir a la compleja separación de sus cuerpos en la clínica Jorge Piñeros Corpas de Saludcoop, el pasado miércoles en Bogotá, la absurda muerte del niño Nicolás Espitia Álvarez en la piscina del Hotel Hilton de Cartagena, el jueves, terminó por colmar de dolor los corazones de los colombianos. El niño, quien se encontraba de vacaciones, fue succionado por uno de los ductos de la piscina, y no pudo ser salvado, a pesar del esfuerzo de su abuelo y varias otras personas. Ni el hotel ni ninguna autoridad han podido explicar la falta de medidas de seguridad en la piscina para evitar que este lamentable hecho ocurriera. Como siempre sucede en estos casos, es de pedir que ojalá a raíz de la muerte de Nicolás, quien sólo pudo ser sacado del tubo una hora después del hecho, todos los hoteles, cajas de compensación, clubes y entidades de recreación extremen las medidas para proteger las vidas de los colombianos, especialmente de los menores. El año pasado, más de 200 niños murieron ahogados en piscinas en Colombia.