El caso Lara

Juan Tadeo Espitia era un desconocido joven de 23 años hasta que, en noviembre de 1982, miles de colombianos lo vieron por televisión mientras narraba cómo había secuestrado y asesinado a Gloria Lara de Echeverri, la directora nacional de Acción Comunal y Asuntos indígenas. Diez meses después, en septiembre de 1983, Espitia volvió a ser noticia, pues él y los otros siete implicados quedaron en libertad por cuanto las pruebas no resultaron tan irrefutables como parecían. Hace 30 años SEMANA dedicó su portada a esta decisión que desconcertó a la opinión pública. 

En las actas, el carro que los acusados supuestamente usaron para llevarse a Lara no coincidía con el que identificaron los testigos. También se hallaba un testimonio del propio Espitia, que aseguraba haber estado en una fiesta en el momento del homicidio. SEMANA entrevistó durante cuatro horas a los sindicados y descubrió irregularidades, pues fueron torturados para que confesaran. Al final, el caso quedó impune y demuestra hoy cuán coja ha sido siempre la Justicia.