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El circo del Congreso

26 de mayo de 2007

Un acto de ‘flash mob’ político realizado por el movimiento ‘Tienen Huevo’ el miércoles pasado en el Congreso de la República, resultó al revés de lo que querían sus responsables. Destrozó el debate que el senador Wilson Borja estaba haciendo contra el gobierno y el Ministro de Defensa por el tema de las ‘chuzadas’ telefónicas y la participación de Santos en un supuesto complot contra el presidente Ernesto Samper. Cuando el Ministro iba a empezar su defensa, dos mujeres se acercaron al atril y le lanzaron dos huevos. “Ministro, tiene huevo”, le gritaron. Este hecho hizo recordar otros que han convertido al Capitolio más que en un templo de la democracia, en un circo:

n Cuando se instaló el nuevo Congreso el año pasado, numerosos senadores se disputaron codo a codo y con todo tipo de estrategias, mañas y trucos, las oficinas. El mismo Borja puso un escritorio a la entrada para atender, en vista de que se había quedado sin oficina.

n En el trámite del proyecto de derechos civiles para homosexuales, el representante cristiano Luis Enrique Salas se olvidó de su ya conocido discurso de amor al prójimo y sin ningún respeto repartió en la plenaria fotos pornográficas de parejas del mismo sexo, con una anotación que decía: ¿quiere que estos sean los profesores de sus hijos? Lo que quería que fuera un punto de reflexión terminó siendo una payasada que muchos rechazaron con su voto positivo.

n Uno de los ‘ralitos’, hoy detenidos en La Picota hizo historia en la Cámara por propiciar una zambra que estuvo a punto de pasar de los empujones a los tiros. Alfonso Campo Escobar, ex representante conservador de Magdalena, empujó y amenazó haciendo señas de que estaba armado al entonces representante Alexánder López, al que ya le había gritado “guerrillero”. Éste, por su parte, no se dejó amedrentar y también señaló a la cintura insinuando su arma. Al final señalaron que arreglarían la disputa en la calle.

n Frente a la desbandada de senadores del Capitolio para no votar la Ley de Justicia y Paz, el entonces ministro de Interior, Sabas Pretelt, se paró en la puerta para no dejar salir a los parlamentarios. Cambió su oficio de Ministro a portero.

n Carlos Moreno de Caro, hoy embajador en Suráfrica, ha sido el mayor protagonista de todo tipo de actos para divertir a las barras. Ha llevado gatos para que se coman las ratas que hay en el Congreso, llevó ratas de plástico, vísceras y uno de sus últimos actos fue llevar varios alacranes para que picaran a los enemigos de la reelección. En este último, uno de los animales se escapó y terminó creando un pánico en el Salón Elíptico.