El general Noriega

El viernes de la semana pasada el ex hombre fuerte de Panamá, el general Manuel Antonio Noriega, estuvo más débil que nunca. Durante el día estuvo deprimido y en la noche sufrió un derrame cerebral cuyas consecuencias al cierre de esta edición eran impredecibles. El próximo 20 de diciembre se cumplen 15 años de la invasión a Panamá en la que participaron cerca de 50.000 marines estadounidenses. Noriega fue llevado en un avión de la DEA a la cárcel correccional del condado de Dade, en el estado de la Florida. Fue condenado a 30 años de prisión por los delitos de lavado de dinero y tráfico de drogas. Desde entonces a este tiempo ha cambiado mucho. Se volvió religioso y muy reservado. Por su buen comportamiento logró que las autoridades penitenciarias le autorizaran el servicio de teléfono y de Internet. Por estos medios se comunica casi exclusivamente con su esposa Felicidad y sus tres hijas, quienes viven en Puerto Rico. El juez le autorizó libertad condicional para diciembre de 2007 si continúa con su buen comportamiento. Para entonces tendrá 68 años. Aunque no sabe cómo saldrá por el derrame sufrido el viernes.