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| Foto: AP

El papa a Beirut

El papa Benedicto XVI no llegó al Líbano en el mejor momento.

15 de septiembre de 2012

El papa Benedicto XVI no llegó al Líbano en el mejor momento. No solo en varios países turbas enfurecidas han atacado las embajadas norteamericanas por una absurda película estadounidense irrespetuosa, blasfematoria y antiislámica, sino que en Siria, a pocos cientos de kilómetros de Beirut, cerca de 30.000 personas han muerto desde que empezó la rebelión contra el dictador Bashar Al Asad. Y por todo el mundo árabe los 15 millones de cristianos de oriente, egipcios, iraquíes, jordanos, libaneses, sirios o palestinos le temen a la increíble progresión del Islam político y de los extremistas. Por eso hacía tiempo que una visita pontifical no generaba tantas expectativas. El pontífice dijo que “la venta de armas a Siria es un pecado”, abogó por la paz y la comprensión en la región y señaló que “el fundamentalismo es una falsificación de las religiones”. Y a los cristianos árabes, les exhortó a no abandonar la tierra donde “nació, vivió, murió y resucitó Jesucristo”.