¿Vuelve y juega?

En La Sierra, un municipio de Cauca, todo era normal el pasado 25 de octubre y el 73 por ciento de los ciudadanos aptos para votar lo hicieron. Pero los rumores de un supuesto fraude electoral enfurecieron a los pobladores, quienes se fueron directo a la plaza del pueblo, donde tenían guardado todo el material electoral de la jornada y lo quemaron. Como no hay prueba legal de la elección, tocó repetirla. En Tinjacá y Duitama también habrá una nueva cita electoral pero por razones distintas. En estos dos municipios boyacenses la democracia brilló en su máximo esplendor y las elecciones se repetirán porque la mayoría de sus habitantes votaron en blanco. En Tinjacá, 1.037 personas así lo hicieron, mientras que los tres candidatos juntos apenas sumaron 919 votos. En Duitama, la Registraduría convocó nuevas elecciones porque en ese municipio el voto en blanco fue mayoría para elegir a los representantes de las juntas administradoras locales (JAL). Allí el voto en blanco sacó 15.064 respaldos, mientras los cinco partidos que presentaron listas para esos cargos sumaron apenas 19.299. Con estos ejemplos queda claro que el voto en blanco sí tiene efectos políticos y puede determinar una elección.