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QUÉ PASO CON

Eleonora Pineda

"Yo nunca le mentí al país. Todos en Córdoba sabían que yo me reunía con las autodefensas en el patio de mi casa", dice Eleonora Pineda, recordada como una de las primeras congresistas condenadas por parapolítica.

21 de julio de 2012

"Yo nunca le mentí al país. Todos en Córdoba sabían que yo me reunía con las autodefensas en el patio de mi casa", dice Eleonora Pineda, recordada como una de las primeras congresistas condenadas por parapolítica. Nació en Pueblo Nuevo, Córdoba, el 13 de septiembre de 1966. Esteticista de profesión, se vinculó a la política luego de que muchos de sus clientes la convencieron de lanzarse como concejal en Tierralta, Córdoba, donde permaneció por dos años. En 2002 fue elegida representante a la Cámara con una de las mayores votaciones. Su padre y su hermano fueron secuestrados y asesinados por la guerrilla y aún no se sabe dónde están sus restos; sin embargo, sostiene enfáticamente que se reunía con las autodefensas "en busca de la paz". El 14 de mayo de 2007 fue recluida en la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, condenada a siete años por concierto para delinquir agravado. Su pena fue reducida por buena conducta y quedó en libertad el 2 de enero de 2009. “Fue una experiencia muy dura no poder estar con mis dos hijos, pues era madre cabeza de familia”, y confiesa que conocer más de Dios en la cárcel le dio fortaleza para soportar el encierro. Después, dice, ha vuelto a La Picota y ha saludado a comandantes paramilitares. Hoy vive en Bogotá en casa de su hijo mayor, está tranquila y muy dedicada a sus hijos y nietos. "Me siento una colombiana de bien y algún día me gustaría volver a la política. Amo la política", asegura sin titubear.