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Energía democrática

22 de enero de 2001

En otros países es tan común comprar acciones como abrir una cuenta de ahorros. En Colombia, en cambio, el mercado de capitales hasta ahora era ajeno a la vida cotidiana de la gran mayoría de la gente. Hecho que por fortuna empieza a tomar otro tono tal como se demuestra con la etapa concluida la semana anterior por ISA.

Una capitalización que rondó los 115.000 millones de pesos para ISA es una muy buena noticia. No sólo porque le permite una mayor capacidad de crecimiento sino —y sobre todo— por la forma democrática como se hizo. Casi 30.000 colombianos comunes y corrientes son ahora socios de la empresa.

Ojalá este ejemplo se siga con otras sociedades porque el tamaño de las bolsas en Colombia es mínimo según estándares internacionales. Un asunto que preocupa ya que un mercado de valores desarrollado es fundamental para el crecimiento económico futuro. Con la venta de acciones de ISA se superaron muchos de los obstáculos que había para el desarrollo del mercado de capitales. Medidas novedosas como las garantías para los accionistas minoritarios y el fondo de liquidez para tener a quién venderles las acciones en el futuro han contribuido a que miles de colombianos le pierdan el miedo a la compra de estos papeles. Los resultados están a la vista. Es un paso oportuno y exitoso en la dirección del capitalismo popular.