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"ES LA REVANCHA DE ANTIOQUIA"

EL CASO MICHELSEN

13 de febrero de 1984

Doctor en economía de la Escuela Superior de Economía de Berlín (R.D.A.); especialista en la historia y el desarrollo de los grupos económicos sobre los cuales ha publicado dos libros: "El zarpazo financiero " y "Los verdaderos dueños del país"; profesor universitario y dirigente del Partido Comunista, Julio Silva Colmenares fue entrevistado por SEMANA sobre los últimos acontecimientos en el Banco de Colombia.
SEMANA: Como crítico del Grupo Grancolombiano, usted ha sido probablemente uno de los primeros y más vehementes, ¿cuál es su opinión sobre los recientes hechos que han vivido el Banco de Colombia y el Grupo Grancolombiano?
JULIO SILVA COLMENARES: En primer lugar, hay que señalar que mi sistemática denuncia desde hace más de diez años sobre los grupos financieros en Colombia, no ha obedecido a opiniones personales, sino al convencimiento de que ha sido un proceso de precoz monopolización en la economía colombiana que ha traído mucha más preocupación que bienestar para el desarrollo del país. Hemos visto en los últimos quince años un crecimiento como espuma de los grupos financieros que no corresponde a una ampliación de la base productiva del país ni a la reproducción ampliada normal en el capitalismo, sino fundamentalmente a un proceso de centralización del capitalismo en donde lo que se da es una "expropiación" entre capitales, es decir, se reduce el número de capitalistas para centralizarse en muy pocas manos, sin que en la misma proporción se haya hecho un proceso de ampliación productiva.
S.:¿Lo anterior querría decir entonces que el Grupo Grancolombiano le quitó poder a otros grupos?
J.S.C.: Mi idea al respecto es que hacia los primeros años de la década de los 70 terminó en Colombia el proceso de formación de los grupos financieros y a partir de mediados del decenio anterior, estamos viviendo un proceso de reacomodo de redistribución entre los mismos grandes grupos financieros, es decir, hemos vivido una pugna entre los grupos para quitarse empresas y adicionarlas al conjunto de las empresas que controla cada grupo. Vale la pena señalar que no entiendo como grupo financiero al conjunto de los intermediarios financieros, sino al total de las empresas de muy diferentes actividades económicas que responden un centro estratégico de dirección, aunque entre ellas no se pueda establecer la absoluta dependencia accionaria. Este es el caso que se dio entre el Grupo Grancolombiano y el Grupo Suramericano de Antioquia. Y el doctor Michelsen y el grupo Grancolombiano resultaron más hábiles que los capitalistas antioqueños y les ganaron la pelea. Pienso que lo que estamos viviendo es la revancha de los antioqueños. Un ajuste de cuentas entre la oligarquía financiera.
S.: ¿Pero qué tiene que ver el gobierno con una pelea de grupos? J.S.C.: Habría que tener en cuenta dos elementos importantísimos: primero, hay que reconocerle al gobierno un interés real y necesario para controlar la crisis. Segundo, este es para mí el elemento fundamental y es que el Grupo Suramericano ha utilizado muy hábilmente la presencia de representantes de su región, como son el propio presidente de la República, el ministro de Hacienda, el ex presidente de la Comisión de Valores, Hernán Echavarría Olózaga; el actual presidente de la Comisión de Valores, Juan Camilo Restrepo, el senador William Jaramillo y Carlos Jiménez, Procurador General de la Nación, con el fin de cobrarle al Grupo Grancolombiano todas las expropiaciones que le había hecho en el decenio anterior (Empresa Colombiana de Chocolates, Noel, Cine Colombia, etc.). En últimas lo que se observa es desarrollo de una pugna entre la gran burguesía financiera del país.
S.: Hasta ahora usted sólo se ha referido a las peleas entre grupos, pero ¿qué delito ha cometido el Grupo Grancolombiano para que se pueda establecer su violación a la ley?
J.S.C.: En Colombia como en cualquier país capitalista, la manipulación y especulación financieras no se hacen nunca al margen de la ley, pero si al margen de los intereses nacionales. Precisamente por no violar la ley es por lo que no faltan nunca en los grupos financieros asesores legales remunerados muy jugosamente.
S.: Si el problema no es jurídico sino ético, ¿qué explicación tienen las acciones legales que se están siguiendo?
J.S.C.: Es previsible que al final del proceso no se compruebe plenamente la comisión del delito por los altos directivos del Grupo Grancolombiano. Pero de lo que no hay duda en la opinión pública es de la inmoralidad que se ha presentado en los últimos lustros. En mi opinión, lo que ha debido hacer el gobierno no es buscar chivos expiatorios que estén en el DAS o en la Modelo, sino proceder a la nacionalización de la banca para que sea el mismo Estado quien garantice a los ahorradores la seguridad por sus ahorros que ha sido incapaz de asegurarle la oligarquía financiera.
S.: ¿Cree que los directivos del Grupo Crancolombiano se enriquecieron personalmente con estas transacciones?
J.S.C.: Un enriquecimiento personal en los términos en que habitualmente lo pensaría cualquier persona, creo que no. Pero sí se han utilizado estos mecanismos para constituir un grupo financiero que maneja cuentas de miles de millones de pesos, con el poder que esto implica, lo cual es tan reprobable para mí como si ellos se hubieran quedado con la plata. Da más poder administrar el crédito de este país que administrar una jugosa chequera personal.