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"ES MEJOR NO HABLAR DE ENFRENTAMIENTO ARMADO"

RICARDO LAGOS

20 de febrero de 1984

Ricardo Lagos es miembro de la Comisión Politica dd Partido Socialista Chileno. En diciembre pasado ejerció la presidencia de la Alianza Democrática (AD), una coalición de partidos que se opone al régimen del general Pinochet. La AD rota mensualmente su presidencia. El primero de ellos fue Cabrid Valdes, importante lider demócrata cristiano. Ricardo Lagos, economista de profesión, ha sido secretario general de la Universidad de Chile. Asistió a la posesión de Raúl Alfonsín a nombre de la AD. Visitó a Colombia la semana pasada con el fin de saludar al Presidente Betancur y rendirle un informe sobre la situación en su país. SEMANA habló con él el lunes de la semana pasada.
Apartes:
SEMANA: ¿Podría doctor Lagos explicar por que se ha suspendido el diálogo entre la AD y el gobierno chileno?
RICARDO LACOS: El diálogo en realidad había nacido muerto. En el primer diálogo, en casa de Monseñor Fresno, el ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, comienza advirtiendo que la condición central para permacer en ese recinto y oír a los asistentes es que no se mencione siquiera la exigencia de una renuncia de Pinochet. En semejante situación, Gabriel Valdés habla entonces durante 15 minutos, mientras Jarpa todo el tiempo permanece en actitud de retirarse. Al concluir, Valdés trata de entregarle copia del memorando de la AD que contiene las tres exigencias centrales al gobierno: la renuncia de Pinochet, la conformación de una Asamblea Constituyente y la integración de un gobierno provisional. Jarpa lo rechaza, pues sabe que contiene el pedido del retiro de Pinochet; pero le dice que "si lo considera urgente" se lo envíe por correo. En el último de los tres diálogos, Jarpa admite la posibilidad de que se estructure una comision paritaria, entre el gobierno y la AD, que prepare proyectos de leyes reguladoras de los partidos y del proceso electoral. Pero también dice que tales textos deberán pasar por el Consejo de Estado, que es un organismo asesor de Pinochet, lo que significaba la segura anulación de tales proyectos. Jarpa ya en esos momentos era un ministro casi sin poder. Hoy no es un interlocutor válido; no puede implementar lo que con él se acuerda. Pinochet, por su parte, no cesa de decir que él sólo abandonará la presidencia en 1989. En mi opinión, las posibilidades de reanudar el diálogo son prácticamente nulas.
S.: Hace unas semanas el general Fernando Matthei habló en favor de un proceso de democratización y de diálogo, incluso hasta con los comunistas. ¿Qué significa esa salida de Matthei? ¿Es que fuera de Pinochet hay otros voceros reales del poder ?
R.L.: El general Matthei es el comandante, como usted sabe, de la Fuerza Aérea. En Chile el poder real descansa, antes que en la Aviación y la Marina, en el ejército de tierra, que ha devenido en la fuerza principal, en casi un ejército de ocupación. La Aviación y la Marina, frente a esta realidad, se atribuyen un papel: ser parte de un supuesto "poder legislativo", mientras "el ejecutivo" descansa en la junta militar dominada por Pinochet. La Aviación, por ejemplo, se jacta diciendo en estos días que ningún aviador participó en la represión de las manifestaciones, quizás distanciándose así del ejército. Pero no hacen oposición. Igual sucede con la Marina. Lo del general Matthei refleja eso y no significa nada mas.
S.: Fuera de la no renuncia del general Pinochet ¿qué otros puntos dificultan el proceso de diálogo?
R.L.: Para los militares el punto clave si se quiere no es la renuncia del general Pinochet. En un momento dado, incluso, podrían apostarle a la salida de Pinochet y a que se le introduzcan algunas modificaciones a la constitución que él defiende. El punto central para ellos es otra cosa: la asamblea constituyente. Es que un organismo de esos implica la discusión de todo:el poder político, una nueva constitución, los poderes públicos, etc., e implica la participación de todos los partidos políticos del país. Los militares temen encarar un proceso como ese, que dá para tanto.
S.: La AD no es la única coalición opositora. También existe el Movimiento Democrático Popular (MDP). ¿Qué ha impedido que la oposición se una en un sólo frente?
R.L.: En el fondo está el hecho de que no se haya incluido en la AD al Partido Comunista, lo que en mi opinión ha sido un error. El PC siempre fue un partido legal, no debería ser excluido de la AD. Aunque debe tenerse en cuenta que el PC sí tiene una posición diferente que dificulta las cosas. Las diferencias son sobre las formas de lucha contra la dictadura.
En nuestra opinión no siempre todas las formas de lucha son compatibles con el proceso. Por ejemplo, si estamos planeando una huelga general con la participación de todos los cabildos, en los que participa toda la población, proyectando una unidad en la base social, y de repente alguien asesina a otro Carol Urzúa, allí hay una contradicción. Hay que saber qué mecanismos utilizar contra una dictadura. Hablar de "enfrentamiento armado" es ridículo, en la práctica equivale a proponer una estrategia de "enfrentamiento de masacre", más bien. Téngase en cuenta que Chile, con 11 millones de habitantes, tiene un ejército de 120 mil soldados, más los 18 mil agentes de la CNI (Servicio de Inteligencia del Gobierno). Es mejor no hablar de "enfrentamiento armado".