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"ESTA ES LA REFORMA QUE BARCO OFRECIO"

ALBERTO SANTOFIMIO

5 de diciembre de 1988

El senador Alberto Santotimio ha vuelto estos días al centro de la polémica, a raíz de los debates sobre la Reforma Constitucional. SEMANA lo entrevisto sobre este asunto
SEMANA: Los periódicos la semana pasada afirmaron que usted se oponía a que se crearan inhabilidades para las personas vinculadas con el narcotráfico. ¿Es correcta la afirmación?
ALBERTO SANTOFIMIO: Por proposición aprobada unánimemente en el seno de la comisión primera del Senado, se rechazó esa versión, totalmente ajena a la verdad de mis afirmaciones. He dicho que todo ciudadano que haya sido condenado por la comisión de cualquier delito de los que están tipificados en nuestro estatuto penal, debe quedar inhabilitado no sólo para ser elegido congresista, o miembro de otra corporación pública, sino que he pedido que esa inhabilidad se extienda para poder ser elegido alcalde de cualquier municipio de Colombia y para ocupar cualquier posición en la administración pública. Obviamente que esa inhabilidad debe contemplar el delito de narcotráfico como el terrorismo, el asesinato las defraudaciones en el sector financiero, porque no puede haber delitos de buena o mala familia. A lo que me opongo es a utilizar el rumor, la conseja, el decir o la falsa aseveración, para sustituir la seriedad de una investigación y de una sentencia judicial.

S.: Usted se ha especializado en poner los "peros". ¿En dónde queda entonces la disciplina de partido, que se supone está comprometido con la aprobación de la reforma?
A.S.: En una intervención inicial de más de dos horas y en otras posteriores, he precisado mis objeciones centrales a la reforma. Los congresos ideológicos y las convenciones del liberalismo, y el presidente Virgilio Barco en su condición de candidato, ofrecieron al país una alternativa de cambio democrático que consistía en pasar del Estado individualista a un Estado de perfiles sociales. De una sociedad cerrada a una sociedad abierta. Como está la reforma, nada de esto va a ocurrir en el fondo.

5.: ¿Esta usted sugiriendo que el presidente Barco esta traicionando sus promesas electorales?
A.S.: No las traicionó. No se las dejaron cumplir los ex presidentes de su partido, la prensa de su partido y algunos congresistas de su partido, que se atravesaron en el camino de la reforma audaz y de la convocatoria plebiscitaria, y lo obligaron al acuerdo bipartidista y a la transacción y el compromiso.

5.: En síntesis, ¿cuáles son las objeciones de fondo que le hace a la reforma?
A.S.: Desde luego que un texto de más de 100 artículos obliga a una apretada síntesis de mis reparos a la propuesta bipartidista. En primer lugar, en lo que hace a la organización del Congreso, he sido y soy partidario de reducir el número de miembros del Parlamento, de eliminar el régimen bicameral que no tiene en nosotros ningun tipo de justificación. Propuse cambiar de origen y de periodo a una de las dos cámaras, eliminar los auxilios parlamentarios y los viajes. Propuse establecer un verdadero control político y un voto de censura sobre los funcionarios del ejecutivo. En cuanto a la organización de la justicia, soy partidario de eliminar la cooptación y la paridad en los altos tribunales de justicia. La paridad es vergonzosa en una organización institucional moderna, porque es exigir para llegar a la Corte y al Consejo de Estado, no idoneidad intelectual o moral, sino carné de liberal o conservador. Esto no sólo es una abominable politización de la justicia, sino la exclusión de los talentos independientes no comprometidos con los partidos tradicionales. En cuanto a la cooptación, es un procedimiento de estirpe monárquica para elegirse entre los mismos y garantizar sus propias sucesiones a través de los amigos.
La elección popular de gobernadores, la vicepresidencia, el avance hacia la democracia participativa y directa con el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular, son todos compromisos del liberalismo que no están tampoco en el proyecto. Se deja, pero de exclusiva iniciativa del ejecutivo, la posibilidad de presentar una ley de referéndum. Lo lógico seria que esta iniciativa la tuviera también el Congreso con una votación calificada. Soy partidario del Tribunal o Corte de Cuentas; porque considero que esta institución despolitizaría el control fiscal y lo. haría más técnico y eficiente. Soy partidario de que la Procuraduría esté en manos de un partido distinto al que gobierna, siempre y cuando ese partido esté en la oposición. No se le puede escriturar la Procuraduría al partido que le sigue en votos al del presidente, porque entonces la fiscalización que se busca podría no operar con limpieza, porque ese partido tendría el derecho constitucional a la Procuraduria y la alternativa política de estar también en el gobierno. Soy partidario desde hace muchos años, de la abolición del famoso parágrafo del artículo 120, y de la reforma a fondo del 121. Para el 121 tengo una fórmula distinta de la del acuerdo, con más injerencia del Congreso en los estados de excepción.