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E N T R E V I S T A    <NOBR></NOBR>

“Este no es otro TermoRío”

Gabriel Mesa, presidente de Telecom, habla sobre la decisión de un tribunal de arbitramento que ordena a la empresa a pagar 73 millones de dólares.

21 de mayo de 2001

SEMANA: ¿Con esta crisis de dónde va a sacar la plata para pagar?

Gabriel Mesa: Nuestra empresa tiene la solidez financiera que le permite atender esta obligación.

SEMANA: ¿Pero quién es el culpable de tener que pagar esta plata?

G.M.: La causa del laudo arbitral son las dos modificaciones introducidas en 1996 al contrato suscrito entre Telecom y Nortel.

SEMANA: ¿De nuevo serán los colombianos en general los que tendrán que pagar por culpa de los políticos?

G.M.: El pago que hará Telecom no corresponde a un sobrecosto, ni es una sanción, sino una contraprestación por la instalación de 308.046 líneas telefónicas que hoy están facturando.

SEMANA: ¿Pero debe haber algún responsable?

G.M.: De tiempo atrás remití los documentos de los contratos a los organismos de control del Estado para que sean ellos los encargados de determinar los responsables.

SEMANA: ¿Por qué se modificó el contrato inicial?

G.M.: Desconozco los motivos que dieron origen a que en 1996 se modificara el contrato inicial.

SEMANA: Este país vive de escándalo en escándalo hasta confundir a la gente. Por ejemplo, ¿en qué se diferencia este caso con el de TermoRío?

G.M.: Esto no tiene nada que ver con TermoRío. Primero, porque aquí no se ha perdido un peso ni ha existido un sobrecosto, y segundo, porque Telecom no ahorró ningún esfuerzo para defender sus intereses, lo cual fue reconocido por el propio tribunal.

SEMANA: ¿Qué efectos financieros tiene para Telecom?

G.M.: En este caso lo que nos tocará hacer es pagar este año una plata que se había previsto para dentro de dos años, pero repito, Telecom tiene con qué responder.

SEMANA: ¿No hubo desidia en la defensa o de verdad trabajaron como hormigas?

G.M.: Telecom no ahorró ningún esfuerzo para defender sus intereses. Esto lo reconoce el propio tribunal y se observa claramente en el hecho de que no nos ordenaron pagar un solo peso por intereses.

SEMANA: ¿Entonces ya no hay nada que hacer?

G.M.: Lo que procede es estudiar detenidamente el laudo para tomar la decisión que mejor convenga a los intereses de la empresa.