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HABRA MERCADO LIBRE POR UN TIEMPO

ROBERTO JUNGUITO HABLA SOBRE EL CAFE:

1 de enero de 1990

SEMANA: Cómo analiza la situación cafetera?
ROBERTO JUNGUITO: En las últimas semanas se ha consolidado en el ambiente la impresion de que vamos a tener un régimen de mercado libre por un buen tiempo. En el mejor de los casos, y de manera casi imposible, entraría a operar un convenio en septiembre del año entrante, pero este solo se sentiría durante el siguiente año cafetero. Por lo tanto, la perspectiva cafetera tiene que hacerse tomando como base el hecho de que habrá un mercado libre. Lo que uno ha de preguntarse es si hemos adoptado las políticas adecuadas para manejar esa situación. Queda casi entendido que en un régimen de mercado libre vamos a seguir viviendo una situación con precios deprimidos, puede que no a los niveles actuales de 75 centavos de dolar por libra, pero claramente inferiores al dolar con cincuenta, al que estabamos acostumbrados bajo el régimen del convenio internacional. Yo diría que precios entre 75 centavos y 1 dolar por libra son los niveles realistas que uno tiene que esperar.

S.: Pero el gobierno habla de una resurrección pronta del Pacto...
R.J.: A pesar de todos los esfuerzos de la diplomacia cafetera, y aunque hay una mayor voluntad política para revivir el Pacto por parte de los Estados Unidos, un arreglo se basa en que se resuelvan los dos problemas fundamentales de la selectividad y del doble mercado, que dieron en primer lugar origen a la no renovación del convenio anterior. Todavía estamos por resolver esos dos problemas. De otro lado, la actitud del Brasil sigue siendo de inmensas reservas frente al convenio internacional. El nuevo gobierno brasileño tiene que empezar a funcionar y definirá su política cafetera con el tiempo, lo cual nos lleva a que se vea con cierto escepticismo un arreglo rápido. Deseo aclarar, eso sí, que de acuerdo con los estudios que se han hecho, la existencia del Pacto es mucho más favorable para los países productores como Colombía.
Lo deseable es que el pacto exista, pero aquí estamos hablando de lo posible.

S.: En Colombia se ha hablado incluso de un pacto de productores...
R.J.: Si hay perspectivas de un convenio de ese estilo, Colombia tiene que revisar cuáles son las condiciones mínimas que le son aceptables. O puesto de otra manera, cuales son los sacrificios que el país está dispuesto a asumir en términos de participación en el mercado. Eso lo digo porque en un pacto de productores, si no están todos, un país como Colombia tendría que hacer un sacrificio mucho mayor de su participación para mantener los precios. La experiencia que yo tuve con el pacto de productores en 1972 y 1973 es que es muy difícil controlarlo, ya que es complicado saber quién está cumpliendo y quién no.
Cuando había un convenio como el que se suspendió en julio, los controles los hacían los países compradores.
Por eso, bajo esta nueva propuesta, sería mucho más fácil hacer trampa.
S.: Cómo califica el manejo de la crisis ?
R.J.: Colombia ha actuado en forma acertada para enfrentar las condiciones del mercado libre. Se adoptó toda una serie de cambios para estar en capacidad de exportar en un volumen mucho mayor: los 13 millones de sacos a que aspira la Federación de Cafeteros. Uno puede hacer recriminaciones. De pronto nos demoramos un mes. Pero el hecho real es que desde el mes de agosto hemos venido cumpliendo con la meta de exportaciones. Creemos que hacia adelante hay otras medidas que se deben adoptar, principalmente aquellas relacionadas con la defensa de los diferenciales de precio del café colombiano frente a los centroamericanos, el cual se ha debilitado mucho. Incluso, debido a razones técnicas, el café colombiano se llega a vender por debajo del centroamericano. También se deben estudiar modificaciones para definir las reglas del juego entre las ventas que hace el Fondo del Café y las que hacen los exportadores privados. En el fondo, el mensaje es que en el mercado libre debe primar la eficiencia economica y que la ventaja comparativa para el país está en que se pueda exportar cuanto sea posible.

S.: Y en el frente interno ?
R.J.: Hemos juzgado que los ajustes que se han hecho son importantes en términos de la política cafetera.
Los cambios que se han hecho son cuidadosos sin ser excesivamente duros con el productor de café, pero tampoco sin poner en peligro inmediato la estabilidad del Fondo Nacional del Café. En el mediano plazo tenemos que esperar que el ajuste cambiario y una pequeña subida en los precios permitan que el Fondo salga ras con ras. Los cálculos que hemos hecho indican que el precio de equilibrio sería de 88 centavos de dólar.

S.: Que ajustes hacen falta ?
R.J.: Lo importante ahora es que Colombia si pueda vender el volumen de café que se requiere. Existe un cuello de botella y una gran duda. Esta consiste en la verdadera capacidad de producción. El año anterior la producción de café, segun la Federación, fue de solamente 10.5 millones de sacos. Este año vamos a exportar 11 millones de sacos y si se cumplen las metas para el proximo, las ventas serán de 13 millones. Entonces surge la duda sobre si vamos a tener el café fresco para poderlo exportar. Por lo tanto si la producción no repunta, habrá que hacer uso de las existencias del Fondo Nacional del Café y sera sobre el comportamiento de este del cual dependerán las ventas. Por eso hemos pedido que se revisen las cifras de producción cafetera y que se defina un esquema muy transparente para saber a que precios se venden los cafés almacenados. En este último caso se puede pensar en un sistema de remates para así estimular la competencia para la compra de café colombiano.

S.: Cree que Colombia es competitiva en materia de producción de café?
R.J.: Ese es un problema que se debe estudiar. No obstante, si se tiene en cuenta que en la década de los 70 Colombia comenzó a implantar nuevas tecnologías, el hecho de que el país no sea competitivo en términos de costos estaría más relacionado con el nivel de la tasa de cambio. Pero ese es un problema de política económica.

S.: Cómo ve el futuro cercano ?
R.J.: Después de un año deprimido es de esperar que el mercado muestre una leve recuperación en los precios, aunque estos no serán de ninguna manera como los que teníamos antes de que se rompiera el Pacto. Hay hechos que pueden influir, como la situacion de la verdadera producción del Brasil que aparentemente es menor de lo que se ha dicho. Pero no se puede decir que los precios van a aumentar radicalmente.

S.: Hay espacio para los milagros ?
R.J.: En un producto que depende de la naturaleza, siempre hay campo para cambios inesperados. También hay que tener en cuenta que los milagros son posibles en la diplomacia y en la política. Tenemos gran confianza en los negociadores colombianos, pero en esta área lo mejor es ser relativamente pesimista. Si a uno le va bien sin esperarlo, entonces se le presentan los milagros.-