¡Hasta luego, ministro!

Según sus palabras, sale satisfecho por el progreso en las de La Habana, donde el primer punto, y el más urgente y complicado, ha sido el tema agrario. Aunque en más de una ocasión lo acusaron de torpedear el proceso, la realidad es que, aparte de capotear paros de cafeteros y paperos y enfrentar la revaluación y los TLC, estuvo pendiente de todo lo que sucedía en Cuba. Con tres asesores permanentes, el ministro supervisó el desarrollo del acuerdo agrario, próximo a concluir. Por esto, no solo se va con la misión cumplida, sino también con la cabeza muy en alto.