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Giraldo dice que Torres inspiró la teología de la liberación.

ENTREVISTA

“Camilo fue mucho más que un guerrillero”: Javier Giraldo

El sacerdote jesuita habla sobre las múltiples facetas que tuvo Camilo Torres Restrepo, muerto en combate en las filas del ELN hace 50 años. ¿Se está sobredimensionando su legado?

13 de febrero de 2016

SEMANA: ¿Por qué recordar a Camilo Torres?

JAVIER GIRALDO: Para recuperar su legado de manera integral. A él se le recuerda con el rótulo de ‘cura guerrillero’, pero él solo estuvo en la guerrilla cuatro meses, y ese rótulo le hizo mucho mal porque ha opacado su dimensión como sociólogo, como académico y como sacerdote.

SEMANA: ¿Cuál es su legado como académico?

J.G.: Él fundó la sociología en Colombia, cuando junto a Orlando Fals Borda creó la facultad de la Universidad Nacional. Él tenía una visión muy interesante porque combinaba la sociología europea con la americana. Su otro gran aporte fue ir a la realidad y eso creó una ciencia muy aterrizada.

SEMANA: ¿Qué significó como líder político?

J.G.: Al principio él pensaba que el problema de Colombia era la falta de técnicos, de economistas que diseñaran otro modelo social. Poco a poco se convenció de que el problema era de clases, de apropiación del Estado por una elite muy pequeña que defendía sus intereses con violencia. Por eso, su gran búsqueda fue la de la unidad popular alrededor de una plataforma que él redactó.

SEMANA: ¿Cuál era la esencia de la plataforma?

J.G.: En el tema agrario era muy radical: la tierra para quien la trabaja. Para las ciudades que la tierra urbana no fuera una mercancía. Que cada familia tuviera un espacio vital digno. Y lo fundamental era la economía. Decía que había sectores de servicios básicos que no pueden dejarse en manos de privados sino que los debía manejar el Estado.

SEMANA: ¿Quién haría realidad esa plataforma?

J.G.: Para él solo los grupos de presión producían decisiones. Y la clase popular, que es mayoritaria, tenía que convertirse en grupo de presión para conseguir los cambios. De allí surge su idea del Frente Unido.

SEMANA: ¿Qué era el Frente Unido?

J.G.: Entre 1964 y 1965, él logró unir a mucha gente de diferentes partidos y creencias en el Frente Unido. Pero poco después vinieron las elecciones y varios de estos partidos se retiraron porque él no estaba de acuerdo con participar electoralmente.

SEMANA: ¿Por qué?

J.G.: Él tenía una frase: “El que escruta elige”. Decía: a la gente no le podemos exponer una teoría política y luego llevarla a actuar contra esos principios. Ahí se desbarató el Frente Unido. Él se equivocó en algo. Pensaba que el 80 por ciento de la gente que se abstenía de votar lo hacía por conciencia.

SEMANA: ¿El fracaso del Frente Unido lo empujó a tomar las armas?

J.G.: Hay varios factores. Él sabía que era una molestia para el gobierno, la oligarquía y la fuerza pública. En una carta que le envió al ELN dice que los espacios se le estaban cerrando. Se sentía acorralado. Además, estaba la influencia de la Revolución cubana. Muchos como él creyeron que la toma del poder a través de la guerra de guerrillas estaba a la vuelta de la esquina.

SEMANA: ¿Y el ‘No matarás’ del evangelio?

J.G.: Camilo decía que no era partidario de la violencia. Pero conocía muy bien una tradición jurídica y teológica, que viene tanto de santo Tomas de Aquino, como de san Agustín y es la de las guerras justas. Pero él se imaginaba la guerra como algo corto. Alguna vez dijo que la revolución ganaba en dos o tres años.

SEMANA: ¿Qué significa él para la Iglesia colombiana?

J.G.: Su elaboración teológica y pastoral es el núcleo que inspiró la teología de la liberación. Él llegó al cargo de capellán de la Universidad Nacional con la idea de convertir a muchos ateos y ponerlos de cara a la realidad de los más pobres. Pero descubrió rápidamente que los que se entusiasmaban con ese trabajo social son los ateos, no los que iban a misa todos los días. Eso lo llevó a preguntarse: ¿qué es el verdadero cristianismo? Y le escribió una carta al obispo donde proponía voltear la pastoral patas arriba: empezar con el compromiso con la justicia, para luego pasar a una catequesis comprometida con la acción, y finalizar con los sacramentos como celebración de todo lo anterior.

SEMANA: ¿Cómo es el asunto del monumento que se le hará?

J.G.: Varias organizaciones quieren comprar dos hectáreas de tierra en Patio Cemento, donde murió Camilo, para hacerle en el futuro un monumento.Pero los paramilitares han amenazado a la familia dueña del terreno y hay un bloqueo contra las organizaciones.