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ELECCIONES 2014

Caras que refrescan

Los candidatos al Congreso se le miden a todo para capturar votos por estos días. Algunos dan regalos, otros prometen lo imposible y algunos, incluso, se rodean de mujeres semidesnudas.

15 de febrero de 2014

Los candidatos al Congreso se le miden a todo para capturar votos por estos días. Algunos dan regalos, otros prometen lo imposible y algunos, incluso, se rodean de mujeres semidesnudas. Pero hay un grupo de jóvenes diferentes, que quieren cambiar la forma de hacer política con campañas e ideas innovadoras. SEMANA presenta una selección.


El libertario: Daniel Raisbeck 
Partido Conservador, Cámara


Estudió griego y latín, tiene pendiente un doctorado sobre el Imperio romano y hace política con corbatín. Este profesor de Historia es todo menos el típico conservador cavernario. Tiene 32 años y quiere difundir las ideas de su escuela de pensamiento: el libertarismo. “¡Qué no me confundan con libertino!”, dice y cuenta que un libertario defiende las libertades individuales. Por eso él apoya el libre mercado, la legalización de la droga y el “casamiento” de parejas del mismo sexo. “No soy delfín y no controlo maquinarias. Solo quiero defender mis ideas”, dice.

La feminista: Ivonne González 
Partido Liberal, Cámara


Hace diez años sacó un carné del Partido Liberal para saciar sus ganas de hacer política. Hoy, esta bogotana de 33 años preside la Internacional Socialista de Mujeres y se ha ganado una reputación como defensora de la equidad de géneros, con la que quiere llegar al Congreso. “Me lanzo porque estoy convencida de que los jóvenes y las mujeres no solo podemos exigir participación, sino también hacerlo: participar”, dice. No solo quiere luchar por las mujeres, sino para abordar los problemas de Bogotá desde el Legislativo. “En la ciudad predomina la apatía hacia los políticos, pero la gente quiere darles una oportunidad a los jóvenes”.

La uribista:  Paloma Valencia
Centro Democrático, Senado


Su cara y su voz son conocidas por las opiniones que expresaba como comentarista en BluRadio y en una columna de El Espectador. Ha pasado toda su vida en un ambiente político y, según sus propias palabras, nunca ha “desayunado, almorzado o comido hablando de otra cosa”. Pocos jóvenes han defendido con tanto ímpetu y congruencia el legado del expresidente Álvaro Uribe como esta abogada y filósofa payanesa. Para llegar al Congreso está dedicada a recorrer el país y a acercarse a los jóvenes, por ejemplo, invitándolos a escucharla mientras comparten un pedazo de pizza.

El líder estudiantil:  Sergio Fernández
Polo Democrático, Cámara


Lideró las manifestaciones estudiantiles de 2011 y le dejó saber al país que salir a la calle a exigir derechos se puede hacer de forma creativa y pacífica. Este politólogo, nacido en Bogotá en 1986, quiere llegar al Congreso con el respaldo de figuras como Jorge Enrique Robledo, Aurelio Suárez y Carlos Gaviria. Su meta es poner en la agenda las necesidades de los ciudadanos más desatendidos y, por supuesto, luchar por una mejor educación. Su lema reza ‘Los de abajo vienen conmigo’, en alusión a un tema de Calle 13, y para ello ha organizado flashmobs por toda la ciudad.

El indignado: Fernando Salazar 
Partido Verde, Cámara


Nació en el bogotano barrio de Las Cruces, tiene 35 años y dice que representa a la clase popular. Quiere llevar al Congreso las banderas de los indignados. Según él, el país todavía no ha vivido una ola de protestas como la europea o la brasileña porque la colombiana “es una sociedad con miedo”. Él quiere eliminar ese temor con una fórmula sencilla: dando buen ejemplo. “Mostrando que es posible hacer política con una hoja de vida limpia”, dice. No debería extrañar verlo por estos días recorrer las calles de la capital con una sotana verde, repartiendo “mensajes de paz” en forma de semillas de girasol.

El creativo:  Juan Pablo Salazar
Partido de la U, Senado


En 2004, un accidente lo dejó en silla de ruedas, pero no le quitó su talante. Desde la Fundación Arcángeles defiende a los discapacitados y lidera la popular campaña Remángate. Quiere llegar al Senado mediante cortometrajes, en los que recibe la asesoría del Pibe Valderrama y que ya son un fenómeno en las redes. Crítico de la política tradicional, nunca imaginó que terminaría lanzándose al Congreso. Tiene 33 años, es publicista y propone innovación, humor, una pizca de idealismo y la voluntad de construir un país más inclusivo. “No me veo en una plaza prometiendo mentiras”, dice.