La parábola de Asprilla

Finalmente, el secretario de Gobierno de Bogotá, Guillermo Asprilla, fue sancionado en segunda instancia por la Procuraduría. No podrá ocupar cargos públicos durante 12 años. Su destitución era previsible una vez, en primera instancia, la Procuraduría Delegada para Bogotá expuso sus argumentos: Asprilla fue el apoderado de las víctimas de la explosión en el relleno de Doña Juana en 1997, no obstante, se posesionó como concejal de Bogotá en 2011 sin renunciar al caso. Aunque el funcionario, quien era el hombre fuerte tras el gobierno de Gustavo Petro, alegó haber entregado un poder a una familiar, la Procuraduría descartó el documento como parte del proceso. Lo preocupante es que en menos de dos años el gabinete de Petro ha quedado desmantelado casi por completo. El alcalde, además de lidiar con los líos que supone la falta de un enclave político con el Concejo, deberá encontrar quien se le mida al cargo. Con la salida de Asprilla se va un radical, tal vez a quien el alcalde más escuchaba.