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La piloto heroína

18 de septiembre de 2005

Hace tres años, el 20 de febrero de 2002, la piloto caleña Dorian Yaneth Ospina Ramírez tuvo la jornada más intensa de su vida: aterrizar impecablemente un avión De Havilland Dash - 8 en un improvisado recorrido de 400 metros de carretera entre Hobo y Neiva, cuando normalmente se requieren 1.200 de pista óptima. Aunque esto ya representa un gran logro, haberlo hecho bajo la amenaza de un guerrillero que apuntaba su revólver y con el anuncio de que tenía que ser velozmente porque en 15 minutos explotaría una bomba, se convierte en la gran hazaña. Se trataba del secuestro del senador Gechem Turbay por parte de las Farc y que marcarían el detonante para que el gobierno de Pastrana cerrara los diálogos con este grupo guerrillero. Después de ese día, Dorian tuvo un receso de 40 días antes de volver a pilotear un avión y en los que se le practicaron exámenes siquiátricos para superar las secuelas de esa dura experiencia. Después de un año del incidente, tuvo a su primera y única hija, Alexandra, con quien comparte cuando no está volando. Hoy vive en Bogotá con su hija y con su esposo y continúa trabajando para la aerolínea Aires.