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| Foto: Daniel Reina

ENFOQUE POLÍTICO

Partida pero alineada

Entre los liberales, Cambio Radical y La U no hay total armonía, pero a la hora de votar parecen más unidos que nunca.

12 de diciembre de 2015

Los rumores de una posible ruptura de la Unidad Nacional no han bajado. Las tensiones entre el Partido Liberal, La U y Cambio Radical han dividido a la coalición santista en su interior. Pero ese mal clima, sin embargo, no se ha notado en el Capitolio. Los congresistas de la Unidad Nacional votaron todos los proyectos del gobierno sin tropiezos ni votos de última hora en la madrugada, logrando así que la agenda legislativa del presidente avance en los tiempos que necesita.

La aplanadora santista aprobó, durante este año, proyectos tan importantes para su agenda como la reforma al equilibrio de poderes, el Plan Nacional de Desarrollo, la prórroga a la Ley de Orden Público, la Ley de Detención Preventiva, el financiamiento de la Rama Judicial, la reforma al fuero penal militar, la inspección y vigilancia a la educación superior, la Ley de infraestructura y la Ley Anticontrabando. Eso sin contar el paquete que más le importa a Santos: el de la paz. Sin mayores contratiempos, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, logró la aprobación del famoso plebiscito para la paz, un proyecto de ley estatutaria difícil de alcanzar y más ahora en el ambiente de polarización que rodea al proceso de paz en Cuba. El acto legislativo para la paz, que busca crear la comisión legislativa especial y darle facultades extraordinarias el presidente, también pasó su primera vuelta de cuatro debates.

¿Qué queda pendiente? La prioridad para Santos será lograr la segunda vuelta del acto para la paz. Queda también en el tintero la Ley Zidres, que le queda un último debate en Senado, el Código de Policía, las leyes estatutarias de equilibrio de poderes y el cupo de endeudamiento, que está pendiente del debate final en plenaria de Senado. Aunque quedan puntos sin definir, si algo se puede decir de este año en el Congreso es que corrió al ritmo del gobierno y la oposición se hizo sentir en carteles y debates, pero no en votos.