No más besos a Wilde

Oscar Wilde escribió que un beso puede arruinar una vida. Pues bien, la administración del cementerio parisiense Pere Lachaise tomó medidas para evitar que las personas que visitan la tumba del escritor sigan besando el mausoleo, pues desde 1999 –Wilde murió en 1900– existe la costumbre de dejar marcado un beso con labial rojo, lo que ha deteriorado el lugar.  Ni una multa de 12.000 dólares detuvo la avalancha de besos diarios, hasta que los actuales familiares, con ayuda del gobierno irlandés, presionaron al cementerio para que instalara una cerca de cristal. En respuesta, los admiradores del autor de El retrato de Dorian Gray dejan sus besos en el árbol más próximo a la tumba del dandi que en 1895 tuvo que pagar una condena de dos años por homosexualismo.