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10 de noviembre de 2007

 
Jaime Duque Grisales
 
Fue un soñador que pudo ver sus planes hechos realidad. Construyó uno de los primeros parques temáticos de Latinoamérica, una obra que lleva su nombre y que lo hizo famoso en el país. Este caldense, tras vivir su infancia y su adolescencia en Bogotá, viajó a Estados Unidos para graduarse como piloto y lo consiguió en 1944. Regresó al país para trabajar con Avianca y se convirtió en el primer colombiano en ser jefe de pilotos, pues hasta entonces sólo lo habían sido alemanes o estadounidenses. Atravesó los mares cuando aún se usaba la navegación astronómica. Se enamoró de Colombia al recorrerla mientras surcaba los cielos y tras 11.000 horas de vuelo, se retiró para dedicarse por completo a cumplir su más grande sueño.
 
El 27 de febrero de 1983 abrió las puertas el parque Jaime Duque en Tocancipá, a 34 kilómetros de Bogotá. La primera atracción que estuvo lista fue un mapa gigante de Colombia, en el que la gente podía conocer, aprender y enamorarse de las bellezas del país desde el cielo, tal como lo había hecho Duque. Trabajó y se dedicó a soñar con su obra, que ahora ocupa 120 hectáreas y tiene 33 instalaciones mecánicas, un zoológico con 400 animales de 100 especies, esculturas de personajes típicos colombianos, un museo del hombre y un monumento a Dios, entre otros espacios.
 
Para recorrer el lugar de un lado a otro está dispuesto un monorriel y embarcaciones. Duque falleció en días pasados a los 90 años, tras sufrir de afecciones renales y cardíacas. Desde hacía 35 años estaba casado con Amparo Quin, de esa unión no hubo hijos, pero sí el apoyo para cumplir sus metas. En junio de este año inauguró la última atracción de su parque, una réplica de las siete maravillas del mundo antiguo.