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Oro criminal

Pese a la existencia de fallos judiciales y a la intervención de autoridades ambientales y del propio gobierno nacional, la explotación ilegal de oro en el río Dagua, en Buenaventura, sigue causando estragos en el ecosistema de la región y alimentando las finanzas de grupos al margen de la ley, como Los Rastrojos.

5 de marzo de 2011

Pese a la existencia de fallos judiciales y a la intervención de autoridades ambientales y del propio gobierno nacional, la explotación ilegal de oro en el río Dagua, en Buenaventura, sigue causando estragos en el ecosistema de la región y alimentando las finanzas de grupos al margen de la ley, como Los Rastrojos. SEMANA confirmó, por denuncias de líderes ambientalistas, que las palas mecánicas continúan destrozando el lecho del río, tal y como lo evidencian fotografías tomadas esta semana. Si bien en el corregimiento de Zaragoza, donde empezó el saqueo, ya no hay maquinaria, todo parece indicar que esta vez la explotación ilegal se trasladó hacia la parte alta del río, en un sector conocido como San Cipriano. Lo más grave es que esa banda criminal sigue estando detrás de esa actividad. A lo anterior se suma que el problema ya se extendió a otras regiones del Pacífico, donde las comunidades dan cuenta de la presencia de al menos 15 dragas a lo largo del río Timbiquí, en Cauca. Si el gobierno no actúa pronto, el cauce de estos ríos será destruido y las autoridades tendrán que admitir que en el suroccidente colombiano el oro es de los grupos ilegales y no del Estado.