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ENFOQUE POLÍTICO

¿Persecución o paranoia?

La semana pasada dos noticias, una tras otra, dieron la impresión de que al alcalde Gustavo Petro le seguían pasos de animal grande.

27 de abril de 2013

La semana pasada dos noticias, una tras otra, dieron la impresión de que al alcalde Gustavo Petro le seguían pasos de animal grande. Muy temprano se conoció que la Procuraduría le abrió una investigación formal al alcalde por haber posesionado a Polo Ávila en el cargo de gerente del Fondo de Seguridad y Vigilancia de Bogotá, sin que este contara con los requisitos legales. Al parecer, Ávila llegó al cargo sin tener el cartón de ingeniero que acreditó en la hoja de vida.


Pero solo unos días después se conoció la noticia de que el Ministerio Público, a cargo de Alejandro Ordóñez, había cerrado la etapa de pruebas de otra investigación por el esquema de basuras implementado por el Distrito, en la que no se le permitió hacer sus descargos. Acto seguido el alcalde se despachó en Twitter: “Buscar por el camino fácil de la destitución lo que no pudieron lograr por las urnas, solo busca sabotear la esperanza de la paz”, escribió. Además, su abogado, Daniel Prado, renunció a defenderlo con el argumento de que su cliente no tenía garantías. Las noticias sirvieron para alimentar la paranoia del alcalde. Pero no porque alguien sea paranoico quiere decir que no lo están persiguiendo.