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Presionar paga

22 de julio de 2006

Pasó inadvertido un escueto despacho de Reuters la semana pasada. "BP llega a un acuerdo con campesinos colombianos", rezó la noticia emitida desde Londres, donde informó que la multinacional petrolera establecerá un fondo social y ambiental como parte de un arreglo sobre daños ambientales causados por la construcción del oleoducto Ocensa (foto) en un sector del país. El tema no es de poca monta: según un medio británico, el acuerdo le costaría a BP hasta tres millones de libras (12.000 millones de pesos), entre el pago a 52 familias de Zaragoza (Antioquia) y los costos legales en el Reino Unido y Colombia. La cifra es aun más increíble si se tiene en cuenta que ambas partes reconocen que BP no aceptó responsabilidad por los hechos denunciados y que los tribunales colombianos habían archivado la demanda de los campesinos.
El acuerdo es el fin de una campaña de presión de varias ONG que comenzó hace varios años contra la multinacional en Londres, la sede principal de la empresa, y que hace un año llegó a su máximo punto con la amenaza de una demanda por 15 millones de libras por el tema de Ocensa. BP no es la única empresa en Colombia que recibe este tipo de ataques en su ‘hogar’ y con potenciales consecuencias legales. Coca Cola, Drummond y Occidental son blancos de boicoteos y enfrentan demandas en las cortes gringas por presuntas violaciones a los derechos humanos. En otras palabras, está de moda ‘bombardear’ las capitales de las empresas para lograr la rendición del enemigo. El éxito de los campesinos de Zaragoza y sus aliados podría abrir un boquete para reivindicaciones de este tipo.