Home

Enfoque

Artículo

¡Qué mal chiste!

La noticia del embarazo de Kate Middleton se oscureció la semana pasada, cuando dos locutores de una emisora australiana se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos para averiguar sobre la salud de Kate, hospitalizada por hiperémesis gravídica.

8 de diciembre de 2012

La noticia del embarazo de Kate Middleton se oscureció la semana pasada, cuando dos locutores de una emisora australiana se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos para averiguar sobre la salud de Kate, hospitalizada por hiperémesis gravídica. El drama se produjo cuando se supo que todo era una broma y la enfermera que atendió la llamada se suicidó. Jacintha Saldanha, quien estaba encargada de cuidarla, les contó que estaba estable y que la podían visitar al día siguiente. Aunque no se ha confirmado que la broma hubiera causado el suicidio, los locutores, Mel Greig y Michael Christian, se retiraron del aire hasta que se aclare la situación. La emisora ha ofrecido disculpas públicamente, pero de ratificarse la relación entre su suicidio y la broma, el estudio y los locutores tendrán que hacer mucho más para sobrevivir a este escándalo.