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¡Que viva Cali!

Mientras los habitantes de Bogotá se lamentan por el estado de las obras de su ciudad, hoy los caleños no se cambian por nadie.

18 de mayo de 2013

Mientras los habitantes de Bogotá se lamentan por el estado de las obras de su ciudad, hoy los caleños no se cambian por nadie. El pasado jueves el alcalde Rodrigo Guerrero entregó oficialmente dos de las 21 megaobras con los que el municipio quiere cambiar el rostro de la capital del Valle. 

Una es el hundimiento de la avenida Colombia, un proyecto de infraestructura espectacular que consiste en un túnel urbano de 980 metros ­–el más largo del país– y un bulevar de 12.000 metros cuadrados que se extiende a lo largo del río Cali. La segunda obra es la plazoleta Jairo Varela, erigida en conmemoración al fallecido líder de la banda de salsa Grupo Niche. Ambas son un elixir para una ciudadanía que llevaba años sedienta de renovación urbana y, sobre todo, de espacios públicos. Pese a las malogradas alcaldías del pasado, Cali parece tomar un nuevo rumbo.