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Queman la Isla de Salamanca

12 de abril de 2008

El lunes 7 de abril, día de su aniversario 195, una densa nube de humo cubrió a Barranquilla entre las 3 y las 5:30 de la tarde. Inicialmente parecía insignificante, como si estuvieran quemando un solar. El cuerpo de bomberos creyó que se trataba de un incendio en la Vía 40, entre las calles 76 y 70, pero cuando llegaron, se dieron cuenta de que el humo venía del otro lado del río, del parque Isla de Salamanca, que fue declarado reserva Ramsar de la biosfera y que cada año es el reservorio de miles de aves migratorias provenientes de Norteamérica, como patos y pisingos. También es el hábitat del caimán aguja y está cubierto de una diversidad de mangle y otras especies. Año tras año, campesinos y desplazados que han invadido terrenos aledaños al parque cortan el bosque del mangle y lo queman para venderlo como carbón natural a fábricas que utilizan leña en sus procesos como las ladrilleras. Aunque el daño ecológico sobre el parque, de 50.000 hectáreas, es incalculable, las autoridades no logran controlar esos abusos, ni tienen datos sobre la superficie de bosque incendiado. De seguir esta práctica, la ciudad de Barranquilla sería la que sufriría las consecuencias, porque ese bosque mitiga el impacto de las altas temperaturas.