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Poca luz en la oscuridad

Barriles bomba llenos de dinamita, esquirlas y gasolina usaron las fuerzas leales al régimen del sirio Bashar al Assad la semana pasada para atacar Duma, una población al noreste de Damasco.

18 de enero de 2014

Barriles bomba llenos de dinamita, esquirlas y gasolina usaron las fuerzas leales al régimen del sirio Bashar al Assad la semana pasada para atacar Duma, una población al noreste de Damasco. El bombardeo, ejecutado desde helicópteros, destruyó edificios enteros, pero en medio del caos una pequeña luz de esperanza se encendió cuando Abu Rateb, un habitante de la ciudad, halló entre los escombros a su hijo Rateb Malis, un bebé de 27 días que sobrevivió de milagro.

Entre tanto, la guerra civil sigue devastando al país ante los ojos de una comunidad internacional demasiado pasiva, que este miércoles se reunirá en Ginebra con representantes de Al Assad para dialogar de paz. Los analistas ya predicen un fracaso. En parte, porque todavía no es claro si grupos insurgentes tan importantes como la Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y la Revolución y los ejércitos islamistas asistirán. Y, en parte, porque si se presentan no lo harán como aliados: los rebeldes sirios están irreconciliablemente divididos.